Activista en defensa del feminismo, docente universitaria con tres maestrías y sobre todo un Doctorado en Filosofía. Estuvo 40 años en total de su vida en la academia y dentro del gobierno del Estado, es la Doctora Ivonne Velasco Rotunno, la cual nació el 1 de septiembre de 1958 durante el terremoto en la Ciudad de México. Ese año llegaron a Cuernavaca. Su padre fue el profesor Adolfo Hugo Velasco y su mamá la maestra pianista y concertista Aurora Blanca Rotunno.
Ivonne con su esposo y sus tres hijos: Ivonne, Tania y Hugo. Su hija mayor es Licenciada en Administración de Empresas, como Gerente General de Planeación trabaja en una empresa de construcción en Mérida; Tanya es Interprete Traductora de cinco idiomas y vive en Puerto Escondido y Hugo es Licenciado en Administración de Empresas y Director de Recursos Humanos en un negocio relacionado a la energía en la Ciudad de México.
En 1981 Ivonne Velasco Rotunno estudió en la Ciudad de México la licenciatura en Filosofía y en 1983 la Maestría. Tiene una segunda Maestría que cursó en el Centro de Comunicaciones Avanzadas en el Tecnológico de Monterrey en la Ciudad de México, terminándola en el ITESM campus Cuernavaca, una tercera Maestría y un Doctorado de Filosofía en la Ciudad de Atenas, Grecia.
Recibió una beca para estudiar comunicación con el maestro Eutalio Ferrer. Impartió clases en la UNAM y en el Instituto Tecnológico de Monterrey en Cuernavaca, donde fue docente durante quince años en preparatoria, licenciatura y maestría.  
En el año 1999 fue nombrada como miembro de casilla por el IFE para elegir candidatos a la Presidencia de la República y para Gobernador del Estado de Morelos en el Distrito dos de las elecciones cuando salió electo como presidente de la república Vicente Fox y gobernador por el Estado de Morelos, Sergio Estrada Cajigal. Y en el 2000 ingresó a la UAEM. Al mismo tiempo tuvo un puesto de funcionaria pública en la “Casa de la Mujer”.
Fue subdirectora en la Academia de Policía y Tránsito, donde se encargaba de los exámenes antidopin, siendo gobernador interino Jorge Morales Barud. Durante siete años impartió la asignatura de política Educativa en la Universidad de Fresnillo, al igual que en las Universidad Autónomas de Chiapas y de Sinaloa.
Carlos Castillo Peraza, quien fue su maestro de política sobre América Latina, la invitó a la universidad de Colonia en Alemania durante el verano de 1997 en el que el maestro Castillo Peraza falleció.
Continúa trabajando en la UAEM impartiendo clases de filosofía hasta la fecha. Cuando ingresó a la UAEM fue Secretaria Académica de la Escuela de Humanidades; fue docente en el Instituto de Ciencias de la Educación, siendo director Cesar Carrizales, impartió clases en licenciatura y posgrado. Ivonne ya tiene 40 años de académica y 20 años en los medios públicos.
En 2013 entró como directora de Capacitación del Instituto de la mujer en Morelos durante dos años, quedándose dos años más. Fue productora, escritora y columnista en La Jornada, en La Avanzada, en la Revista Zócalo y en el canal 22
  En Cuernavaca en el canal 3 de servicio público sobre el tema de los problemas de la mujer y el programa social “Tan cerca y tan lejos”. Y también en un noticiero con perspectiva de género que se llamó “Summa”.
Ha escrito un sinfín de artículos en dichas revistas y está escribiendo una columna en ADN noticias en imagen y en las redes sociales.
Su tesis de licenciatura se llamó “El Compromiso de la Mujer en el Siglo XXI” y su revisora fue la escritora Simone de Beauviere. Compartió su piso en Paris durante dos meses en 1979 y dice que con ella se inauguró como feminista y lleva 40 años en el “Movimiento Amplio de Mujer”. Su padre Adolfo Hugo, fue profesor de literatura y de español en la secundaria de la federación. Su abuelo fue quien fundó las Misiones Educativas en tiempos del General Lázaro Cárdenas del Río. Su madre era maestra de Ciencia Sociales: Geografía, Música, Historia y Civismo. Daba clases en las escuelas normalistas de secundaria, cuando en México había más escuelas Normalistas que privadas.
A su mamá le gustaba contratar lugares en los Viajes Bojórquez y así fueron a Oaxaca, Mazatlán, a Los Mochis, a estar en las cabañas de los tarahumaras, La Barranca del Cobre y muy seguido a Acapulco; su mamá tenía un departamento en Puerto Vallarta y otro en Taxco, Guerrero. Les encantaba viajar y lo hacía por lo menos dos veces al año.
Cada vez que tenía ocasión, Ivonne le pedía a su papá que le contara una narrativa histórica. Su mamá era historiadora y les explicaba con más rigor y puntualidad la historia y sus pasajes. Los Héroes, las batallas, los acontecimientos de los principales personajes de la Historia mexicana y de muchas otras partes del mundo.
Con su padre compartía dos pasiones, una era la televisión en el poco tiempo que tenía libres, pues el trabajo en las normales rurales le tomaba el día entero, por lo que llegaban muertos de tanto quehacer y aún así nunca perdieron la pasión por la lectura de todos los periódicos.
Tenían como vecinos en la Colonia Magisterial en Satélite a los hermanos Castro y a Pérez Prado y se escuchaban sus ensayos musicales y todos se ponían en la casa a cantar y a bailar.
Recuerda de cuando su mamá sacaba a bailar a su padre y ahí empezaba la fiesta. Casi cada sábado había pachanga. Llegaban Carmela y Rafael, el Hermano de Manzanero y una serie de maestros que eran invitados por los padres. A todos les gustaba el vino mexicano de Baja California que llevaba su papá y  de su mamá los buenos vinos italianos, ya que sus antepasados tenían viñedos. “Mujer, bebes como cosaca”, le decía, mientras ella se terminaba su vaso de vino de un trago.
Era una cultura de la Europa Mediterránea, aunque el papá tenía una familia mezcalera y al gustarles la copa, no recordaba que alguno de ellos perdiera la compostura, pues cada quien venía de su propia cultura ancestral: su padre de una familia bebiendo su mezcal “mañanero” y a la de su mamá el vino italiano a todas horas, sin faltar a ninguna clase en las escuelas normalistas.
A toda la familia le gustaba el canto popular, los boleros, la rumba y lo que en aquel tiempo se estilaba. De hecho, a Ivonne y a su familia cuando están reunidos les encanta la música y aún acostumbran cantar.
Mujer sumamente interesante, además de tener un timbre de voz cautivador, es alegre y jovial. No dejó de atraernos su plática sobre su trabajo, sus experiencias como viajera, sus conocimientos de la historia, de cuando daba clases y sobre todo se transparentaba la dulzura al hablar orgullosamente de sus hijos. Tiene sus principios muy arraigados y un conocimiento muy claro sobre la política mundial. Ivonne Velasco Rotunno merece todo el reconocimiento de los morelenses por su trayectoria académica y por su aportación a su México querido.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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