Doctora en Biología, miembro del SNI del CONACYT, rescatista de razas pequeñas y una gran mujer, nació en la Ciudad de México el 13 de febrero de 1961. Su papá era Alejandro Ruela Jiménez. Fue Maestro Rural. Y su mamá fue Margarita Hurtado González, quien dirigía el hogar y procreó a dos hijas: Martha y Rocío.
Estudió en la Ciudad de México. Llegó a Cuernavaca en 1966 a la preparatoria No.1 de la Universidad y cursó la carrera de Biología en la misma UAEM. Rocío terminó un Doctorado en Geografía por las Islas Baleares. En 1979 comenzó a trabajar en el Bioterio.
Desde 2009 está jubilada por la UAEM como profesora-investigadora de tiempo completo y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de 1998 a 2012, lo que es una gran distinción. Tiene una especialidad en Agrobiología.
Su tesis doctoral se llama: “Propiedad, Tenencia de la Tierra y Procesos de Urbanización: La Unión de Ejidos Plan de Ayala, hasta 1992 de Crisis Agrícola a Crisis Urbana” Tiene un diplomado en Historia Contemporánea y otro en Sistemas de Información Geográfica y Percepción Remota, como Herramienta de Análisis Espacial.
Estancia en Investigación en el Instituto de Geografía Tropical en la Habana, Cuba y en la Universidad de Alicante, España, más una Estancia de Investigación en la Universidad Pública de Navarra., España.
En 1982 era responsable del bioterio de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos; Técnico Profesional en la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Coordinadora de la Ciencia de la UAEM. 
Fue Jefe del Archivo General Histórico del Instituto Estatal de Documentación del Gobierno del Estado de Morelos. Así como Profesor Investigador de la Facultad de Arquitectura (la línea de investigación fue: Crecimiento Urbano y Desarrollo Sustentable), y coordinadora del posgrado de la misma Facultad.
Fue investigador Titulada y Secretaria Académica del CEAMISH.
Dirigió veinte tesis e impartió clases en la Escuela de Técnico Laboratorista en el Posgrado de Ciencias Agropecuarias en la Facultad de Ciencias Biológicas en la Facultad de Arte, de la cual fue miembro fundadora.
Tiene más de 50 publicaciones entre capítulos en libros, antologías, memorias y artículos publicados en revistas. Participó en más de cincuenta congresos, coloquios y seminarios como ponente.
Nos cuenta que la relación con sus padres fue muy íntima y cariñosa; siempre andaban juntos. Su papá era una persona conservadora y su mamá era la alegría de la casa, tarareando una canción o llevando el compás de una música, además de estar siempre de buen humor. Cuando tenía algún problema serio con Rocío o su hermana, se guardaba el castigo hasta que llegaba el padre a reprimirlas, pues él sí era serio y firme con ambas hijas.
A su papá le gustaba la Astronomía y, junto a su tío Antonio, las llevaba a ver en su telescopio, las estrellas y la luna, la cual, cada vez que era luna llena o luna nueva, gozaban como si no la hubieran visto nunca, ya que siempre le encontraban algún cráter o línea nueva. A todos les gustaba ver la otra parte “distante de este mundo”.
Su padre siempre se inclinaba por el deporte y metió a Rocío en gimnasia olímpica, donde Rocío sólo estuvo un año, porque iba a fuerzas y era de lo más aburrido, dice riéndose.   
Es afecta a la música. A su tía le gustaba tocar el piano, en especial la música clásica de la que teníamos que saber quién era el autor y a veces, tocaba música popular y teníamos que reconocer quién era el autor y sabernos la letra de la canción.
Rocío es una entregada a la vida de los animales y los valora en todo lo que cabe, al grado de que forma parte de un grupo de rescatistas, quienes se encargan de recoger a los perros y gatos que, ya sea que estén perdidos o que vivan en la calle. Se dedican al cuidado de ellos, en cuanto a sus vacunas, el lavarlos, buscar a sus dueños o encontrarles quien los quiera adoptar. En último de los casos, los llevan a la perrera municipal, quienes se encargan de hacerlo ellos mismos.
Cuenta que le es muy difícil deshacerse de un perrito, pues con una tierna mirada de agradecimiento es capaz que quien los adapte llegue a ser ella misma.
Se reúne con un grupo de rescatistas con quienes hace la obra altruista que tanto les gusta. Entre ellas está: Clara Iglesias, Rosa Elisa Rojas, Yatzi Carrasco y varias más, entre las que ha encontrado compañeras con quien ha llevado buena amistad desde la preparatoria.
Tiene un grupo de amigas biólogas con quienes se va a comer de vez en cuando y a vaces se reúnen hasta quince. No falta quien platique sobre sus nietos, de la misma forma se ponen a intercambiar recetas de cocina o a hablar de medicamentos, pues aunque se trate de biólogas, “las mujeres siempre tenemos que hablar de enfermedades y de remedios”. 
Muchas de las veces en que se reúnen para comer, les gusta escuchar música y cuando asisten a la casa de quien le toca en esa ocasión, cada una de ellas aporta un guisado o un postre y, por supuesto, sus platos, vasos y todo tipo de recipientes sintéticos están prohibidos y no pueden llevarlos a menos que sean biodegradables. Y aunque cuesta mucho trabajo encontrar implementos que no sean de plástico, nos las tenemos que arreglar llevando nuestra propia loza, lavarla y regresarla a la casa de cada una. “Hasta parece que fuéramos biólogas”, dice bromeando. 
Le gusta leer novelas de gente ilustre y de aventuras, algunas series de televisión y documentales.
Conoce casi toda España, ha estudiado e impartido cátedras. Y conoció a muchos amigos en los lugares donde ha tenido estancias, como José Antonio Segrelles y otros más. Todos ellos de la Habana. Recuerda la arena de Varadero de la que se puede agarrar un puño, aventarlo al aire y entonces cae puro polvo. “En la isla, casi todas las mujeres son bellas y bien formadas, pero a los hombres yo les quitaría el casi”, nos dice bromeando.
Hermosa mujer, ha dedicado su vida al aprendizaje, a la investigación y al cuidado de la ecología. Su vida está llena de pasajes interesantes y su amor por los animales la coloca entre las grandes defensoras de la vida de las pequeñas especies. Es una mujer muy querida en la UAEM y admirada por toda la comunidad.

Rocío Rueda y el señor Cassio Luiselli, en la Conagua de Pastcuaro.j La distinguida doctora Rocío Rueda Hurtado.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp