Prestigiado médico neumólogo, maestro de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, médico fundador del Instituto Mexicano del Seguro Social en Morelos, varias veces galardonado, nacido en Cuernavaca el 3 de junio de 1924, el doctor Manuel Vallejo García, es toda una leyenda de servicio a sus coterráneos, digna de ser homenajeada por la población de Morelos.

Su padre, don Luis Vallejo Alanís, tenía una pequeño taller de reparación de calzado en la casa de la calle Morelos, colonia centro, junto a la Flecha Roja. Nos contaba que en su tiempo el papá tenía más clientela que las mismas zapaterías, pues los famosos zapatos Frorsheim, importados de los Estados Unidos  costaban una fortuna y la gente prefería mandarle poner medias suelas a sus zapatos viejos que comprar unos nuevos, porque los que se hacían en el País eran de muy mala calidad. Su mamá, doña Olaya García fue una entregada esposa, una linda y abnegada madre, así como una magnifica ama de casa.

Manuel estudió en la escuela Pestalozzi, en la secundaria federal #5, Revolución Social, la preparatoria la cursó en la #1 de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se recibió de Médico General. Estuvo tres años en el Sanatorio Huipulco de la Ciudad de México, especializándose en Neumología, cosa que lo obligó a aprender francés, ya que casi todos los textos de la especialidad venían escritos en ese idioma. Además de su lengua materna el español, también hablaba el idioma de Shakespeare que era el inglés. Asiduo lector de los clásicos, leía los libros en ingles con máxima facilidad y el francés porque casi todos los textos de su especialidad venían en ese idioma, del que siempre se quejaba por los difíciles acentos en su escritura y por tanto los tenía que leer en voz alta para comprenderlos mejor.

Contaba que siendo apenas un chiquillo, su padre le decía que a finales de 1929 el País estaba en plena pobreza en que la había dejado la primera guerra mundial, la revolución y la recesión de los años treinta en Estados Unidos: Cuernavaca era una ciudad olvidada. Acababa de terminar la guerra Cristera y la ciudad estaba medio vacía, hasta que llegó el gobernador Vicente Estrada Cajigal, quien fuera nombrado el primer gobernador constitucional del Estado de Morelos en 1930, en que Cuernavaca comenzó a crecer con la llegada de gente del Estado de Guerrero, del Distrito Federal y del Estado de México. Ya para los años cuarenta Cuernavaca contaba con treinta mil habitantes.

El doctor Manuel Vallejo fue profesor de neumología en la Facultad de Medicina de la UAEM. El Maestro  Vallejo no acostumbraba a dar su cátedra en forma oral o escrita, sino de manera práctica frente a los alumnos donde ellos debían opinar sobre cómo resolver los problemas del enfermo y así el debate y las discusiones entre los educandos no se hacían esperar, lo que le valió obtener tres reconocimientos por parte de la universidad y tres más de parte del Gobierno del Estado, por la capacidad de impartir sus clases en forma interesante y efectiva. Su nombre está inscrito en el primer plano del Sindicato del IMSS, como reconocimiento a su intervención en la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social. 

Le gustaba cantar dentro de su casa y su esposa bromeaba con él y le decía que si estaba estudiando para la siguiente fiesta a la que iban a ir. Ya entrado en años lo hacía muy bien y sin ninguna inhibición en reuniones de amigos. En su juventud jugaba futbol, basquetbol; era muy buen jugador de tenis y se ufanaba de haber sido un enamorado deportista. Sobresalió en su equipo de futbol en la escuela secundaria, donde era admirado como un buen centro delantero y casi siempre los equipos se iban a jugar a La Lija de la colonia Miraval.

Contrajo nupcias en 1953 con doña Catalina Jiménez en la ciudad de Jiutepec, donde hizo su Servicio Social y procrearon 5 hijos: Manuel, Laura, Emma, Yolanda y Sergio. Su pasión era la lectura, pero en especial, el continuar estudiando libros de medicina, que lo tenían al día acerca de nuevos medicamentos y de los resultados de las últimas investigaciones.  En 1953 fue jefe de consulta externa del Hospital Civil y en 1960, Jefe de Medicina del Deporte, por parte del Gobierno del Estado. Tuvo el orgullo de expresar que todas las consultas externas que hizo en sus distintos cargos siempre en forma gratuita. 

Nos recordó que su clientela venía de Jiutepec, donde su familia era muy respetada de casi todos los pueblos de los alrededores, los que llegó a conocer por sus recorridos para entregar sus servicios a la gente más necesitada. Una vez visitó a una señora que tenía un fuerte dolor de estómago y desde hacía tres noches que no podía dormir. Al habérsele terminado los antibióticos y las sulfas, le dio una pastilla para dormir y un sobre de bicarbonato de sodio. A la señora se le quitó el dolor con el reposo y don Manuel le pidió que no se levantara en todo el día. El puro descanso le quitó la molestia y la señora al día siguiente le llevó una gallina de agradecimiento.

En 1958, fue Fundador del Instituto Mexicano del Seguro Social, con el cargo de Jefe de Consulta Externa, hasta el año de 1968. Fue recomendado por el doctor Manuel Moreno Islas, jefe de la extensión de Régimen del IMSS nacional, durante el sexenio del Presidente Miguel Alemán. El Director del Seguro Social en Cuernavaca, era el doctor Rodolfo Elizondo.

El Doctor Manuel Vallejo García impartía su cátedra en la universidad, además de continuar atendiendo a sus pacientes desde las 8:30 de la mañana de cada día y su consultorio se encontraba en el mismo lugar de siempre, sobre la avenida Morelos norte, que fue la casa donde él nació. Nos explicaba que el día que se retiro de la Clínica del IMSS, sus pacientes y sus colaboradores, lo despidieron con música de mariachis en una ceremonia muy alegre que hasta el personal del hospital llegaron a felicitarlo a esta celebración sencilla pero muy sentida. Con mucha emoción nos contaba que sus grandes  pasiones siempre fue el amor a su familia, el respeto y cariño a su profesión, su pasión por el canto de melodías populares en especial las mexicanas, el amor que siempre expresó por su querida Cuernavaca y, a sus 87 años, “seguir jugando tenis, hasta que el cuerpo aguante”, decía con orgullo.

Nuestro querido maestro, nos ha dejado un legado de lo que es un magnífico padre de familia, incansable trabajador, prestigiado profesionista de reconocida ética personal y honestidad en todas sus relaciones, un gran músico, cantante y enamorado de las fiestas donde externaba toda su  alegría, la cual llenaba cualquier recinto en que cantara y muchas veces bailara; hombre de respeto hacia todo mundo, era el gran maestro y médico reconocido por su amor a Cuernavaca El doctor Manuel Vallejo García.  

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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