Este viernes  Rosario se iluminó con un sol radiante durante todo el día para la boda de Leo y Antonela, que se celebró en un hotel de las afueras de la ciudad donde ambos nacieron, a 300 kilómetros de Buenos Aires. En el evento estuvieron Xavi, Puyol, Piqué, Busquets, Alba, Fàbregas, Pinto, Eto’o, Milito– e internacionales de la albiceleste –Di Maria, Lavezzi, Zabaleta, Kun Agüero.

La pareja dio el sí en una ceremonia civil. Él, por Giorgio Armani.y  Ella, vestida por Rosa Clará El oficiante fue el director del registro civil de la provincia de Santa Fe, Gonzalo Carrillo.

Una vez finalizado el acto, la pareja acudio ante los numerosos medios  con su  familia, el documento que acredita su unión civil y que tiene una numeración peculiar concedida por el registro: acaba en 10, como el dorsal de la Pulga. Exactamente, el número de la libreta de matrimonio es el 00077510. Los ya esposos posaron durante tres minutos y se besaron a petición de la prensa.

Los testigos fueron los hermanos de ambos. Por el novio, Rodrigo, Matías y Sol. Por la novia, Paula y Carla Roccuzzo.

La fiesta  contó con las actuaciones musicales del grupo uruguayo de cumbia pop Márama y del ritmo tropical de Karina La princesita, novia de Kun Agüero.  

Neymar Jr. y Dani Alves llegaron al últimos a Rosario, juntos y sin pareja y en un vuelo privado procedente de Brasil. Shakira y Piqué  aterrizaron al mediodía con otro vuelo privado desde Buenos Aires, a donde habían allegado en línea regular. A esa hora, muchos de los invitados de fuera de Rosario se encontraban ya enclaustrados en el hotel –donde Leo Messi y Antonella durmieron la noche del jueves después de cenar con sus padres y hermanos y algunos invitados–. La expectación por el aterrizaje de la cantante y el futbolista fue máxima. Las televisiones siguieron en directo la llegada de del avión con la pareja, que luego subió a una camioneta con cristales oscuros y fue trasladada al lugar de la boda rodeada de motos de policía y otros vehículos, con una seguridad digna de un presidente.

No obstante, la sencillez y discreción de Leo Messi son sus marcas de identidad. La mitad de los invitados eran familiares, amigos o incluso vecinos del barrio donde nació el crack, como una señora que acudió al enlace con todos sus hijos y nietos, compartiendo así velada con cracks de renombre mundial.

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