Al ser cuestionado sobre la nueva variante Ómicron del virus SARS-CoV-2 durante su conferencia de prensa de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador trató de minimizar la gravedad que podría tener esta nueva manifestación del coronavirus SARS-CoV-2.
Primero descartó que se vayan a cerrar nuevamente las actividades porque “hemos avanzado mucho en la vacunación y seguimos vacunando, y vamos a intensificar todo el programa de vacunación”.
¿Hemos avanzado mucho en el programa de vacunación contra el COVID-19?
Hasta ayer solo el 49.9% de la población mayor de 18 años estaba completamente vacunada, mientras que otro 9% solo había recibido una de las dos dosis requeridas. Esto significa que el 41.1% no ha sido vacunada por alguna razón u otra y que si a este porcentaje se le añade el 9% que está parcialmente vacunada, tenemos que el 50.1% de la población no tiene protección contra las variantes Delta u Ómicron.
El problema que enfrenta el país es mayor si se toma en cuenta que los estudios demuestran que ninguna de las vacunas anticovid protege durante más de seis meses. Por eso en cada vez más países se están aplicando vacunas de refuerzo, sobre todo a los mayores de 60 años.
Al 50.1% de adultos mayores de 18 años que están parcial o totalmente desprotegidos hay que añadir las miles de personas que fueron totalmente vacunadas antes del 1 de junio pasado en vista de que han perdido la protección que en un momento les proporcionaron las dosis recibidas.
Oficial e inexplicablemente, el programa de vacunación contra el COVID-19 en personas mayores de 18 años concluyó el 29 de octubre, pero sería conveniente que el gobierno informara cómo va a lograr vacunar al 41.1% de los que no han sido vacunados, cómo va a aplicar la segunda dosis al 9% que la requiere y cómo va a aplicar la tercera dosis a quienes llevan seis meses o más de haber sido vacunados.
AMLO dijo que “no hay elementos para preocuparnos, no hay motivos de riesgo (…) no hay todavía información sólida si esta variante es más peligrosa que las otras variantes (…) en cuanto a contagios y fallecimientos no hay todavía información (…) Tampoco hay información que las vacunas no sean efectivas para enfrentar esta variante…”.
El presidente cree que no debemos preocuparnos ante la aparición de una nueva variante después de que en nuestro país el COVID-19 ha matado a por lo menos 730 384 personas (293 449 hasta el domingo pasado de acuerdo a la Secretaría de Salud más 436 935 muertes en exceso hasta el 25 de octubre, también de acuerdo a la SS).
La verdad es que sí debemos preocuparnos porque si bien no hay información que indique que Ómicron es más peligrosa que Delta o el virus original, tampoco se sabe que no lo sea. Como tampoco se sabe qué tan efectivas son las vacunas existentes. Lo que sí se sabe es que las primeras investigaciones señalan que puede ser 500% más contagiosa que el coronavirus original (Delta es 70% más contagiosa).
Pese a que su gobierno no ha sabido enfrentar la pandemia, Andrés Manuel ha logrado convencer a sus seguidores de que las cosas se han hecho muy bien. Por eso puede darse el lujo de minimizar la peligrosidad de Ómicron a sabiendas de que seguirá siendo popular aunque por esta nueva variante mueran miles de personas más.

Por: Eduardo Ruiz-Healy / Twitter: @ruizhealy • Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy • Instagram: ruizhealy / Sitio: ruizhealytimes.com


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