La vida de Roman Polanski se parece a una obra de teatro griega en la que se combinan el triunfo y la trage­dia. El director polaco-francés logró el reconocimiento mun­dial con películas como Chi­natown (1974) y Rosemary"s Baby (1968) pero en su esfe­ra privada, Polanski ha esta­do envuelto en numerosos escándalos. El realizador, quien hoy cumple 85 años, cuelga sobre sus hombros las sombras de su pasado.

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En mayo, el cineasta fue expulsado de la Academia de Hollywood después de casi 50 años, y a principios del año pasado renunció a la presidencia honorífica de la ceremonia de los César, los premios del cine francés, por las protestas de defensoras de los derechos de las muje­res contra su nombramiento. El motivo: en Estados Uni­dos Polanski está prófugo desde hace 40 años por haber abusado sexualmente de una menor.

Nada de esto es nuevo. En aquel momento el director se declaró culpable y permane­ció durante 42 días en prisión preventiva en Estados Unidos. Ante el temor de una pena de cárcel mayor, en 1977 huyó a París. En Europa siguió ha­ciendo películas como Tess (1979) con Nastassja Kinski y El Pianista (2002), con la que conquistó la Palma de Oro en Cannes.

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Ambos filmes ganaron va­rios Oscar, El Pianista tam­bién el de mejor director. El hecho de que Polanski fuera un prófugo de la Justicia es­tadunidense no supuso nin­gún problema entonces. En Hollywood sus cintas eran ovacionadas, pero debido a la orden de detención que pesa contra él no podía celebrar los triunfos en persona.

En sus producciones tam­bién consiguió que partici­paran estrellas de renombre, como Ewan McGregor y Pierce Brosnan, con los que rodó The Ghost Writer (2010), o Kate Winslet, Jodie Fos­ter, Christoph Waltz y John C. Reilly a los que dirigió en Carnage (2011).

"DEBATE HIPÓCRITA"

En pleno escándalo del caso Weinstein y el debate del mo­vimiento #MeToo, Polanski se ha convertido en un símbolo contradictorio.

En septiembre de 2009 más de cien famosos difun­dieron una petición para la puesta en libertad del reali­zador después de que fuera arrestado en Zúrich y las au­toridades estadunidenses pi­dieran su extradición. Hoy en día hay muy pocos que le de­fiendan en público, a excep­ción de Catherine Deneuve.

¿Ha llegado el final de la amnistía? Es una pregunta que los críticos de cine se ha­cen cada vez más a menudo. El propio Polanski no hace declaraciones al respecto. Sin embargo, en una de sus escasas entrevistas calificó el debate generado por el movi­miento #MeToo de hipócrita e histérico. En declaraciones al periódico polaco Newsweek Polska dijo que todo el mun­do intenta apoyar este movi­miento por el miedo que les provoca.

DRAMA CONSTANTE

En 1969 su mujer, Sharon Tate, quien estaba embarazada de ocho meses, fue asesinada de manera brutal por seguidores de la secta de Charles Man­son en Los Ángeles. Su madre había muerto en el campo de concentración de Auschwitz, también embarazada.

Él mismo logró huir del gueto de Cracovia y sobre­vivió con varias familias de campesinos que le acogieron. Ahora es ciudadano francés y está casado desde 1989 con la cantante y actriz francesa Emmanuelle Seigner, con la que tiene dos hijos.

Sus experiencias con la violencia, la muerte y la locu­ra también se reflejan en sus películas. En Repulsión (1965), una de sus primeras produc­ciones, Catherine Deneuve sufre alucinaciones y mata a dos hombres. Macbeth (1971) y Rosemary"s Baby (1968) tam­bién acaban con un baño de sangre. Chinatown (1974) es un brutal thriller de misterio y Venus in Fur (2013), un drama sadomasoquista.

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Su última cinta, Basada en hechos reales, se mantie­ne fiel al tema de la verdad y la percepción y trata sobre lo ocurrido el 10 de marzo de 1977 en la casa del actor Jack Nicholson en Hollywood.

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