TOLUCA.— Ginger es una perrita chihuahua sin movilidad en dos de sus patas, debido a que se las fracturaron para mantenerla en el negocio de la crianza. Camada tras camada, fue perdiendo la habilidad para caminar y sus patas traseras están atrofiadas.

Roberto es un hombre de más de 60 años, hábil con todo tipo de materiales; lo mismo crea con madera que con acero o plásticos, pero también se dedica a ayudar a mascotas en desgracia en su taller de San Pedro Totoltepec.

 

 

Roberto miró a Ginger con dedicación y compasión, le tomó medidas y con tubos de policloruro de vinilo clorado (CPVC) le armó una andadera que se transformó en la alegría de la chihuahua, pues se pudo mover sin depender de su dueña. 

AMA LOS ANIMALES

El amor con el que Roberto trata a los animales, reconoció, nace de la necesidad de construir una mejor sociedad, de una vocación que encontró en el camino para dar movilidad a cada perro o gato que llega a las puertas de su taller con alguna discapacidad.

“Hace seis años encontré un perrito herido en la calle y se le pudo salvar la patita. Desgraciadamente, hay gente que los atropella, los daña y por una lesión pequeña el can o el gato ya no tienen la misma vida”.

Después de esa noche, Roberto creó una prótesis para un perrito sin una pata, pero su corazón le decía que hacía falta hacer mucho más, por ello puso manos a la obra y comenzó a idear prótesis y andaderas para los peludos.

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