Una de las reglas más difíciles que existen, en nuestro querido deporte, por su complejidad, es la relativa al fuera de juego.
Muchos de los aficionados de prosapia y la mayoría de los expertos en futbol “se las dan” de que ya se la saben, porque en determinado momento le entendieron a los principios que la rigen; sin embargo, se trata (quizá) de la regla que más cambios ha sufrido, a lo largo de los años, en cuanto a su redacción e interpretación se refiere.
Así, en la mayoría de los partidos nos encontraremos con jugadas muy simples, en donde no habrá mayor problema para sancionarlas con atingencia, el problema empieza cuando se presentan situaciones complejas en las que no se sabe qué marcar.
Durante la jornada pasada, en el Mazatlán vs. Toluca al minuto 53 ocurrió una acción de alto grado de dificultad, cuando los choriceros lograron el tanto del empate a dos goles, por conducto de Joao Jimmi Plata, el cual fue anulado por un supuesto e inexistente fuera de lugar.
Resulta que el “infractor” no era el autor del gol; sino, el lateral de la derecha Gastón Sauro (#2), quien efectivamente estaba adelantado cuando su compañero Pedro Canelo (#25) le punteó la pelota. Sin embargo, el defensor de Mazatlán Nicolás Díaz (#4) “jugó” la esférica después, habilitando al futbolista adelantado; toda vez que, el balón ya venía de un contrario.
Y es que, existe una sutil diferencia. Cuando del balón le rebota accidentalmente a un defensor no se rompe el fuera de juego; es decir, si Nicolas Díaz hubiera estado parado, el balón le pega en el pie y le cae a Gastón Sauro, el jugador adelantado, sin duda sería sancionable.
Pero en el caso que nos ocupa, Nicolas Díaz, el defensor con el número 4 en los dorsales, movió la pierna izquierda (después de que Canelo la punteó) jugando el balón, en forma deliberada (no se trató de un rebote accidental) dándole dirección y habilitando al atacante adelantado, por lo que, en mi opinión, privaron de un gol legítimo al Toluca.
Normalmente basta con que el VAR le confirme al silbante que existía (de hecho) la posición ilícita; pero en este tipo de situaciones, en donde es indispensable la “opinión” del juez, era mandatorio que “los del camioncito” llamaran a Oscar Mejía colegiado del partido, para obrar en consecuencia. 
Para acabarla de amolar, los encargados de trasmitir el encuentro no atinaban a dar con la solución, cambiando de parecer entre el “sí estuvo bien anulado y el no lo estuvo” en varias ocasiones, colaborando así a … perpetuar la confusión.

Por Eduardo Brizio / ebrizio@hotmail.com

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