Cómo pasan cosas raras en el futbol mexicano. No estamos saliendo de una, cuando ya hay otra anomalía en curso.

Ahora ha tocado el turno al Rebaño Sagrado, quienes se tomaron el atrevimiento de filtrar la noticia de que Ricardo Peláez es (o mejor dicho será) el Director Deportivo a partir del próximo año.

Llama mi atención el hecho de que propios y extraños lo tomen con tanta normalidad ¡Momento!, se están violentando los estatutos de la Liga, el señor no puede entrar en funciones, como de facto, lo está haciendo.

Se le ve en el palco con los directivos caprinos celebrado los goles, ya trabaja de lleno en el proyecto, es quien toma las decisiones; pero eso sí, nos pasan el dedo por la boca, afirmando que será hasta el 2020 cuando tome posesión de su cargo. ¡A otro perro con ese hueso!

La mejor muestra de que en la vida real ya ha tomado las riendas del chiverio es que ya era un secreto a voces que el próximo pastor del rebaño sería Diego Alonso; sin embargo, las lenguas de doble filo afirman que el estratega uruguayo declinó el honor y se puso sus moños porque no le gustó la forma de negociar del “flamante patrón”.

Hace mucho tiempo que el Guadalajara dejó de ser un equipo grande; en mi opinión, es un histórico. Esa es la razón por la cual la familia Vergara ha puesto todas sus esperanzas en el nuevo proyecto encabezado por don Ricardo, a quien ya se le queman las habas.

Pienso que fue una absoluta falta de respeto para el actual Director Técnico, mi amigo Luis Fernando Tena, empezar a negociar en lo oscurito con otro colega, antes de que él terminara su contrato. Lo que nos habla de que Peláez no lo tiene contemplado o que, de entrada, no es de su total agrado.

Pero “la virgen todo lo ve” y para complicar el ambicioso proyecto, resulta que el equipo no solamente empezó a jugar muy bien en sus últimos partidos, obteniendo buenos resultados y encontrando el arco rival; sino que, resulta que el plantel completo está a muerte con Tena, quien suele crear un buen ambiente en el vestidor con el trato que les profesa a los futbolistas, trabajando en equipo y con armonía.

Aquí es donde el “futuro” directivo tendrá que deshojar la margarita y tomar la primera gran decisión en su administración ¿Se queda con el flaco o trae a otro DT?, en mi opinión… no habría nada que pensar.

 

Eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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