La tan criticada y vilipendiada Copa GNP por México, no solamente ha roto el ayuno futbolero al que fuimos sometidos, logrando altos índices de audiencia; sino que, también fue utilizada por los equipos participantes a manera de pretemporada. Sin mencionar que fue tierra fértil para que jóvenes colegiados, promesas del silbato, pudieran mostrarse en el máximo circuito. Por eso, escapa a mi entendimiento que cuatro de los árbitros a los que se les estaba brindando esta inigualable oportunidad, al ser sometidos a las pruebas físicas correspondientes, no las hayan aprobado ¡Aunque usted no lo crea! Digo, cuidar el buen estado físico es una de las responsabilidades que, obligatoriamente, debe tener un nazareno, sobre todo si tomamos en cuenta que es prácticamente el único factor que depende absolutamente de él. Se trató de: Juan Esquivel, Adalid Maganda, Héctor Cáseres y Brian Gonzalez, quienes eran los avocados a dirigir las semifinales y la gran final de la Copa; de hecho, ya estaban designados; sin embargo, dado su irresponsable proceder, les fue retirada. No se trata de un asunto menor, porque, imagínense, tener la oportunidad de dirigir un clásico América vs. Chivas o la final de una competencia que está acaparando la atención de los aficionados, era una excelente vitrina para mostrarse. Peor aún, cuando sabemos que los últimos tres partidos de la Copa; es decir, las dos semifinales y la final, se efectuarían en la Ciudad de México, lo que dejaba sin oportunidad a los silbantes tapatíos que pitaron por aquellos lares en la fase de grupos. A lo que me refiero es a que, por aquello de protegerlos del Covid-19, procuraron que los hombres de negro no viajaran; así, los jueces de Guadalajara pitarían allá y los del otrora Distrito Federal acá. De modo que, no se valdrá en un futuro que alguno de ellos se queje por falta de oportunidad, cuando lo cierto es que, parafraseando a mi gran amigo Enrique Bermúdez de la Serna, mejor conocido como el “Perro”: “La tenían, era suya… y la dejaron ir”. Todavía, las autoridades balompédicas se vieron indulgentes con ellos, toda vez que aquellos quienes reprueban los exámenes físicos se deben ir a la banca durante tres meses, antes de intentar acreditarlas de nuevo; pero en esta ocasión, se les dará otra oportunidad por ahí del 7 de agosto. No cabe duda … “cuando hay para carne… es vigilia”

Por Eduardo Brizio / ebrizio@hotmail.com

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