La más reciente propuesta de las autoridades hacendarias de México para aumentar la recaudación fiscal, sirvió como petardazo que levantó de su largo sueño, a una parte del empresariado morelense.
La buena respuesta fue noticiosa no solo por oponerse al fondo de la iniciativa que pretende gravar las propinas, sino también porque habíamos olvidado en Morelos, que los representantes empresariales también deben fungir como contrapeso ante medidas gubernamentales que sean inaceptables, ante la ausencia de un Congreso Local digno.
“El propinazo” es inaceptable en una entidad que apenas sobrevive gracias a los servicios; siendo que muchos de los salarios a empleos formales se compensan gracias al 10% ó 15% de propinas que los consumidores agregan para el grupo de operarios que brindaron un buen servicio.
No debemos olvidar que Morelos tiene una economía local con un peso fuerte en el turismo y la base trabajadora del turismo es sin duda, el servicio que un número importante de morelenses brindan en hoteles, restaurantes, balnearios, bares, entre otros; patrones y trabajadores que siempre están en movimiento y claramente, siempre le apuestan a la entidad.
Para su mala fortuna, estos sectores ya llevan en los “cobros de piso” y en las mermas por la contracción económica o por la disminución turistica, una grande losa de impuestos indirectos, si a esto ahora le sumáramos esta visión obtusa de ponerle un impuesto a quien reciba una propina, prácticamente estaríamos recibiendo del gobierno, el desincentivo mortal para el cierre de establecimientos, ya que nadie por más emprendedor que se defina, le gusta arriesgar su capital para que los del negocio sean otros.
La reacción de CANIRAC Morelos, no debe quedarse solo en testimonio mediático; debe formalizarse en una movilización nacional para que este “propinazo”, no vaya a formalizarse en una iniciativa de ley.
Es probable que los autores del “propinazo” estén midiendo la reacción del sector privado y de los trabajadores de las industrias afectadas, aunque en este ejercicio derrumben la certidumbre en la planificación fiscal, ya que soltar este tipo de despropósitos impositivos genera impactos negativos en las calificaciones económicas de las cuales México no puede apartarse.
Esperemos que el final del “propinazo” tenga el mismo derrotero que la propuesta del ahora Secretario de Hacienda sobre federalizar la tenencia y este muera una vez que le pregunten al Presidente de la República en su conferencia mañanera, para salir con bombo y platillo a desmentir el impuesto a las propinas.
Mientras tanto, la CANIRAC y CANACO deben sensibilizar a las autoridades hacendarias sobre los daños que generaría establecer este impuesto a sectores que de por sí están sumamente gravados.
Este incomprensible propinazo, de inicio podríamos decir, trastoca un principio que el propio Presidente López Obrador había prometido hacia una cultura contributiva y no meramente recaudativa. De su promesa de “no aumentar impuestos”, el tiempo hablará por si mismo.
Sería importante que el Gobierno morelense se pronunciara rápidamente en defensa de estos importantes sectores, que ante la ausencia de una eficaz política turística, subsiste gracias a periodos vacacionales y a su creatividad de mantener a sus clientes.
Si se concretara este impuesto a las propinas, se estaría deteriorando el de por sí, modesto ingreso de hombres y mujeres con plena vocación de servicio, que enorgullecen a México y son ejemplo mundial. ¡No al propinazo

Guillermo Amerena Betancourt
amerenaguillermo@gmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp