SI EN un tiempo reciente fue nefasta la consolidación del concepto “posverdad”, hoy escala a un nivel más lamentable, porque alienta más la polarización social, cuando la unidad nacional es una urgencia.
Producto de la variedad de preferencias político-partidistas en tiempos electorales, la mentada posverdad, que no es otra cosa que “lo que quiero creer y no los hechos verídicos”, tomó carta de naturalización.
Cerrado el año electoral se esperaría un ‘in pace’ en la división de grupos de la sociedad, pero hoy la pandemia por COVID-19 ha sido desafortunado pretexto para choque de emociones, más que de razones.
HACE UNOS días el presidente de la República se refirió a que en estos días se da la oportunidad para consolidar su proyecto transformador; mas, se montó la idea de que agradecía la pandemia por el COVID-19.
La razón base fue una, la emoción generada fue otra, y tomó forma de una cuasi irrefutable “posverdad”, que lejos de abonar a tener mejores condiciones para enfrentar la pandemia, ahondó más la división social.
Ese fenómeno también se da a menudo a la inversa, cuando la muy amplia legión de correligionarios del mandatario reprueba todas y cada una de las expresiones discrepantes y sataniza eternamente a sus autores.
LO QUE hoy, más que nunca, necesitamos son verdades plenas en todos los terrenos y sentidos, más que “verdades parciales” o “posverdades” que sólo satisfacen a un sujeto o grupo, pero dañan a otros.
Cada golpe de las huestes lopezobradoristas a sus adversarios en forma de desmentido o descalificación, así como la acción similar de las filas opositoras al mandatario, son batallas que generan pérdidas.
Lo anterior es la nítida imagen del aquí multimencionado rey griego cuyas “victorias pírricas” le llevaron a sinterizar: “Otra victoria como ésta y tendré que volver a casa solo”. En México cada día hay bajas:
MIENTRAS LOS contras y los pro AMLO siguen aferrados a las emociones, más que a las razones, ayer antes del corte de las 19:00 horas habían muerto 141 personas y se tenían 2 mil 786 confirmados… contando.
Por: E-Zapata / opinion@diariodemorelos.com
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