AL CIERRE de la semana y casi del mes se presentó el primer deceso en Morelos por COVID-19, al mismo tiempo que en espacios como centros comerciales se arremolinaba gente para adquirir “x” productos.
Fecha significativa, esta, que puede marcar un punto de inflexión en la forma de atender la contingencia sanitaria para todo nivel de autoridad y, especialmente, para todos-todos los integrantes de nuestra comunidad.
Para mal, ni la profusa difusión del impacto de esta pandemia en China, España, EU y más aún en Italia, ha sido suficiente razón entre muchos de Morelos para estar en casa excepto para lo indispensable.
¿ACASO ALGUIEN entre quienes tratan con desdén la emergencia sanitaria no tiene ni un ápice de conocimiento de lo que hace semanas sucede en el mundo? Quizá no con claridad o se ve obligado a salir.
Sí, hay gente que si no abandona el hogar para ganarse unos centavos no come ese día, también personal médico, de seguridad, PC y otros claves para evitar el caos, pero hay otros sin justificación válida en las calles.
Grupos familiares o de amigos fueran a centros comerciales el reciente fin de semana puede ser más que lamentable, porque se multiplicó la probabilidad de transmisión del virus. ¿Quién puede negarlo con certeza?
TODAVÍA NO cesan los reclamos sociales a diversas autoridades porque, dicen, tomaron el problema con ligereza y emprendieron de forma tardía las acciones pertinentes, tal vez sí, pero ¿qué tal como sociedad?
Tras lo visto el reciente fin de semana, tal vez muchos no han estado a la altura de la delicada circunstancia, sobre todo aquellos que en vehículos con placas de la CDMX parecieron estar como de vacaciones.
¿Era necesario que acudieran en grupos de cuatro a seis integrantes a comprar la comida, la bebida y hasta las pelotas e inflables de piscina, incluso acompañados por adultos mayores, embarazadas y niños?
MÁS ALLÁ de las culpas que puedan cargar las autoridades, toca a la sociedad hacer lo correcto para reducir al máximo las probabilidades de daño, lejos de acciones irresponsables por ignorancia, desidia o necedad.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1