EN MEDIO de tanto cuanto sucede en estos aciagos días de pandemia por COVID-19, refresca ver el avance de una política pública realmente valiosa que ha de cristalizar vía el programa “Levantemos Morelos”.
Podría sonar como una más de muchas que se ponderan desde los espacios de autoridad, pero ésta parece no tener dobleces, se observa bien cimentada y va fluyendo en primera fase de manera muy clara.
Desde mayo reciente ya se hablaba de “Levantemos Morelos” como meta, vía la adquisición por parte del gobierno estatal de enseres que venden las tienditas de barrio, para que no sucumban a la pandemia.
LE HA tocado en turno a Osiris Pasos Herrera, secretario de Desarrollo Social (Sedeso), gastar la suela hasta ahora en 26 de los 36 municipios con que cuenta Morelos, para llevar a cabo el censo de micronegocios.
En sus primeras acciones, la Sedeso armó dos equipos para acudir a los municipios de Jantetelco, Tlayacapan, Tlalnepantla y Yautepec, a fin de registrar las tienditas a las que el gobierno comprará mercancías.
Entre otros, se adquirirá principalmente productos de abarrotes, mismos que serán entregados en otro movimiento a las personas en situación de vulnerabilidad, agravada por el parón económico por la pandemia.
CON ESA directriz, Osiris y su equipo ya sólo tienen pendiente la visita a 10 municipios para levantar el censo de los negocios a los que se les comprarán los productos, lo cual no debe superar el mes corriente.
Una vez conformada la totalidad del padrón, entonces sí, la gente de Sedeso volverá para comprar y pagar, a saber, a través de tarjeta, cheque o transferencia bancaria, con lo que se evitan malas tentaciones.
Alias, un ejercicio de gobierno con doble efecto o como diría el mismo ex futbolista Osiris Pasos, como una jugada “de tres dedos”, efectiva y sobre todo fina, porque tira a activar los negocios y dar mercancía directa.
HASTA ESTAS fechas que se han prolongado las restricciones a la movilidad social y económica, la verdad monda y lironda es que “Levantemos Morelos” puede ser un valioso bálsamo. Cúmplase, pues.
Por E. Zapata
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