LAS DIFICULTADES en la prestación de servicios y compleja condición financiera del Ayuntamiento de Cuernavaca ni son nuevas ni parece que en un lapso breve vayan a cambiar, pero hoy son machacadas. 

El proceso electoral 2020-2021 que entre muchos cargos trae el de alcalde capitalino, ya alborotó los ánimos, de que todo está mal, así como las acciones encaminadas al “quítate tú, para que me ponga yo”. 

No es exclusivo de Cuernavaca, pero siendo la capital la mayor caja de resonancia estatal, se presta para cantar que urge un hombre o mujer que realmente ame su tierra para que sea el bueno en julio de 2021. 

Y TARDE se les estaba haciendo a los nuevos-viejos samaritanos que quieren una mejor Cuernavaca, como el ex alcalde y ex senador panista Adrián Rivera, que se esmera en diagnósticos y soluciones. 

Este que ha sido blando de fama pública por episodios de alteración etílica, hoy quiere ver a una Cuernavaca unida en voluntades ciudadanas, en algo que suena así como que él podría ser su líder. 

Adrián parece haber olvidado cuando él encaminó a la capital a un muladar por el colapso de la recolección de basura, para luego ser concesionada a particulares. Otro que quiere mostrar una cara limpia. 

Y QUÉ dice don Francisco Santillán, a quien se le recuerda porque seguro no desconoce el episodio de “Las Juanitas” y por dos pasos un tanto discretos en el congreso local, ya no se diga su chamba con Graco. 

Paco se enteró que es tiempo de sacar a Cuernavaca del hoyo, y, claro, que también son tiempos preelectorales, tal vez ya no con la Nueva Alianza que manejó y lo cobijó por mucho tiempo, pero ahí va. 

Al político le salió justo ahora el deseo de tapar los baches de la capital, convocando a que la sociedad haga grupo con él, y que nadie vaya a pensar que tiene fines electoreros, para nada, es de buen corazón… 

EN LAS filas de los nuevos partidos políticos locales también brotan los buenos sentimientos, las ansias de una mejor Cuernavaca y un mejor Morelos, sobre todo descalificando todo cuanto hoy hace el gobierno. 

Es muy obvia la estrategia del “quítate tú, para que me ponga yo”, como ha sido a lo largo de los periodos preelectorales, lo que de una u otra forma dimensiona la calaña de los que así aspiran a gobernar. 

¿Tiene sentido el señalamiento de las carencias en el ejercicio de gobierno? No, definitivamente no, sin embargo la oportunidad en que se manifiestan y el tono es lo que pone en tela de juicio las intenciones. 

SON TIEMPOS de la repentina aparición de mesías y samaritanos, dispuestos a sacrificarse por el pueblo yendo a la elección, dispuestos a recorrer las calles a pie y saludar hasta al indigente… para luego enseñar su verdadera cara.

Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1

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