¿SERÁ QUE los mexicanos consumimos, en promedio, 163 litros de refresco por cabeza cada año? Echémosle cabeza, porque se trata de uno chico cada día. En verdad la cifra no suena tan descabellada ¿o sí?
Se trata de un estudio de la Universidad de Yale, en Connecticut, EU, y que aplica en dos sentidos justo en estos momentos: la prohibición del consumo de esa bebida en algunos casos, y sus efectos en la pandemia.
No es la primera vez que toma relevancia el tema del consumo de las bebidas azucaradas en cuestión, como también que como toma auge se va, repentinamente, la atención a esto que repercute en la salud.
ASÍ COMO en el terreno de la pandemia que se vive, el tratamiento al consumo de los refrescos brinca del terreno de la salud al económico y hasta el político. Es decir, la agüita azucarada merece tratamiento especial.
De ahí que llame la atención que recién el legislativo del estado de Oaxaca dio luz verde a la prohibición de venta u obsequio de bebidas azucaradas a los menores de edad, lo que es un hito en todo México.
La razón es muy simple, el refresco es un factor altamente causante de los niveles de obesidad y sobrepeso infantil en México, lo que a su vez hace vulnerable al individuo a otras enfermedades incluso mortales.
LA PROHIBICIÓN de refrescos a los chavales en Oaxaca es una muy interesante apuesta por la Salud en el país, y no sólo para los niños sino también para los adultos del hoy y el mañana. Veamos por qué…
Nos han machacado diversas autoridades en que muchas muertes que se están presentando es por factores de comorbilidad, algo así como por tener otras enfermedades que afectan el sistema inmunológico.
Ahí es donde salta la diabetes, entre otros males, que por natural causa estragos en la población en condiciones normales y, para el caso de COVID-19, tiene tintes de una letalidad que va para largo plazo.
AL FINAL, el consumo de bebidas azucaradas pasa por la atención de autoridades como las de Oaxaca, pero es en Morelos y en cualquier latitud la conducta de la comunidad lo que habrá de ser para bien o mal.
Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1