EN TANTO la incidencia del feminicidio a nivel nacional eleva su nivel, el discurso se multiplica, el análisis se profundiza y las declaraciones son más y más, pero tal parece que para todo ello hay oídos sordos.
El homicidio de mujeres por o en razón de género ha escalado en los más recientes cinco años, al menos, pero desde antes ha sido motivo de persecución e investigación, sin que se encuentren resultados positivos.
El alza de este fenómeno es contundente con referencias nacionales de 205 casos promedio semestral en 2015, 300 en 2016, 371 en 2017, 440 en 2018 y 448 durante los primeros seis meses de este año 2019.
EN UNO más de la historia de foros, conversatorios, encuentros y/o mesas de trabajo sobre feminicidio, la titulada “Alerta de Violencia de Género” despertó expectativas y, sobre todo, muchas declaraciones.
El reciente viernes la diputada federal Mildred Ávila Vera, del partido Morena, descubrió el agua tibia: es imperante garantizar que en México las mujeres vivan sin violencia. Y por ahí fueron sus colegas.
Guadalupe Almaguer (PRD) acusó simulación en el manejo de las alertas de género en las entidades y hasta lanzó la acusación volátil, sin destino claro, que hay quienes hacen de esto un negocio propio.
CON TODO y que muchos parecen interesados en atacar el feminicidio, los resultados no son magros sino hasta contradictorios; en Morelos se reportaron promedios semestrales que han ido en crecimiento sistemático:
En 2015 se reportaron 8 feminicidios, en 2016 fueron 15, en 2017 la cifra bajó a 13 en un verdadero hito, pero creció en 2018 a 14 registros y para el primer semestre de este 2019 ya se contabilizaban 20 casos.
Los análisis y declaraciones también crecen sobre este delito, pero es evidente que todo queda en el escritorio o en la exposición de expertos, porque donde se da este fenómeno parece no llegar el mensaje.
LA IDENTIFICACIÓN del problema de feminicidio es vieja, lo que los académicos llana delimitación del mismo parecía acabada, pero en las acciones no se observa contundencia y la cultura de la agresión de género crece.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1