Pinky es un pequeño perrito, de color café claro, ya maduro, fruto de una posible cruza entre un perro Chihuahua y un mestizo; este pequeño animal sobrevive en la calle, justo en paseo de los Laureles, esquina con Geranio, colonia Ampliación Bugambilias, en el municipio de Jiutepec.

Abandonado a su suerte, desde al año pasado, Pinky vive en la calle, pero el año pasado en noviembre una buena persona vio al pequeño animal deambular solo y hambriento, y decidió hacerle una pequeña casita de madera, anclada al piso con tornillos y desde entonces le socorre con alimento y agua.

Los vecinos han replicado el acto de esa buena persona y ahora ellos también le brindan un poco de cariño y comida. 

En la zona hay varios comercios y son los que ahora protegen al pequeño Pinky, en esporádicas ocasiones le acompaña un perrito, “Mailo” de color blanco, y se han convertido en grandes amigos.

Este acto es muy loable en pro de un animal indefenso, y el comerciante Efraín Maximino comentó: “Ojala y muchos tuviéramos ese gran corazón de ese señor que hizo la casita a Pinky e hiciéramos lo mismo o mínimo si viéramos perros en la calle les brindáramos poco de agua y alimentos y no ser indiferentes ante la desgracia”, concluyó.

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