El pasado 30 de diciembre, Médicos del Hospital General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) No. 1 declararon muerto por COVID-19 al paciente, Armando Paredes Serrano, sin embargo, un día después, en vísperas de año nuevo, el personal rectificó la declaración y notificaron a la familia que se había tratado de un error.

Las hijas del paciente rompieron en llanto luego que se les comunicara la equivocación cometida por el personal médico: “Nos engañaron aquí. Nos hicieron creer que estaba muerto y está vivo. Jugaron con nuestro dolor”.

A pesar que el paciente había sido internado en la unidad médica desde el pasado 27 de diciembre, sus familiares aseguraron que nunca recibieron algún reporte médico sobre su condición desde esa fecha, sino hasta el día de su supuesta muerte.

“Como a la 1:30 de la tarde nos citaron para enseñarnos una tomografía y cuando pasamos a ver al doctor nos informa que mi papá se encontraba grave; que había muchas posibilidades de fallecer. Pasaron los 10 minutos, subimos y nos dice que mi papá, en efecto, había fallecido”, aseveró a Televisa, Andrea Paredes Medrano, hija del afectado.

No fue hasta el momento de reconocimiento de cadáver, que personal de servicio social le confirmó que su padre aún se encontraba vivo. Para ese momento, la familia ya había realizado los trámites de defunción, así como los servicios de cremación.

“Se me hizo muy sospechoso porque estaban hablando entre ellos. De pronto se nos acerca una señorita de servicio social y nos dice que había una noticia buena. Me dijo que no me podía decir ella, que era otra autoridad la que me debía decir. Le dije: ¿Mi papá está vivo? y me dijo: Sí. Está vivo su papá”, mencionó Andrea.

La familia Paredes sostiene que en el momento, el hospital no les dio ninguna explicación de lo sucedido. Poco después, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que la declaración de muerte se trató de un error por homonimia, es decir, había un paciente con el mismo nombre, y realizarían las investigaciones correspondientes para deslindar responsabilidades.

Sin embargo, los familiares de Armando exigen a la institución reparar los daños, ya que, a raíz de la negligencia, se hicieron gastos de más de 50 mil pesos entre trámites, gastos funerarios y médicos.

“Queremos que nos repongan todos esos llantos. Todo el dinero que hemos gastado. Todo.”, demandó Norma Paredes, hija del paciente.

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