La sola noticia que se está investigando sobre un antivirus contra el Covid-19 en cualquier parte del mundo es suficiente para que su valor en la Bolsa de Valores de uno de esos laboratorios en todo el planeta, da un salto tremendo el que se ve rebasado por el valor real de los laboratorios que expresaron esas noticias. El peligro por el que pasa es que a la vuelta de los pocos días, se sepa que la noticia sobre ese éxito del encuentro en beneficio de la salud, es falsa y la caída del valor económico dentro de la bolsa de valores de dicho laboratorio es tremenda, así como la credibilidad de dicho centro de medicamentos. El problema es que ese tipo de noticias enardece a quienes no se les ha podido curar pero los laboratorios continúan con su difusión para agrandar sus ganancias, aunque ese asunto es negativo cuando es aprovechado por laboratorios fantasmas, informaciones falsas, al igual por medio de las redes sociales, las cuales son aprovechadas por gente sin escrúpulos que publicitan el producto, sorprendiendo a los familiares de gente afectada por el COVID-19 y las explotan a placer. O en algunos casos son los mismos laboratorios quienes se aprovechan de su propia falsa información. Aún cuando la información sobre la investigación de dicho producto, sea un medicamento posible de perfeccionarse, la mandan al mercado sin pasar por los estudios y permisos adecuados de la Secretaría de Salud. Sin embargo tenemos una lista de los diez laboratorios más importantes del mundo, que aunque tengan licencia para efectuar las pruebas para la vacuna Covid-19, de todas formas lo menos que se tardarán serán tres meses para sacar sus productos al mercado. Se supone que los laboratorios farmacéuticos están para hacer investigación y proveer de medicamentos a las farmacias, clínicas y hospitales para el servicio, uso y solución de los problemas de salud de los pacientes y salvar la vida de quienes más se pueda, pero en los casos de los grandes laboratorios y de los médicos que no estén especializados, todo es negocio y posibilidades de éxito, pero nunca hay una seguridad curativa. El especialista le receta al paciente de tres a cuatro medicamentos, para ver si alguno de ellos logra una mejora en el paciente, que no una cura total porque entonces pierde al “cliente”. Hay que tenerlo feliz y tranquilo, pero jamás completamente sano porque las compañías de esos medicamentos ya no los van a tomar en cuenta ni le van a seguir dando sus premios en viajes por cualquier lado donde haya una “conferencia” al respecto y el mismo médico pueda hacer publicidad al producto que recomienda. De igual forma lo hacen los laboratorios, que si dentro de una de sus investigaciones encontraron un producto que resuelve cierto padecimiento, en la siguiente entrega del medicamento, le cambian un poco su composición para que el resultado no sea tan rápido y efectivo y de esa manera seguir surtiendo al precio que ellos deseen dicho medicamento, el cual si tiene un costo de 10 pesos la pieza, el laboratorio lo vende a cien, el intermediario a 300 y en la farmacia llega a costar de mil a mil quinientos pesos. Por suerte que “ojos que no ven, corazón que no siente” y entre más caro sea el medicamento, más pronto se alivia el paciente. Hay que recordar que el 95 por ciento de las enfermedades se encuentran en el pensamiento y si el paciente ve que la medicina es cara, de seguro que le va a hacer el efecto curativo inmediato que él mismo está esperando y hay que volver con el galeno a que vea todos los avances de su mágica medicina. Pero antes de retirarse el médico le descubre un puntito rojo detrás de la oreja, que al mismo galeno no le gusta y convence al paciente de que habrá que hacerle una biopsia porque hoy en día esas manchas son muy peligrosas. Él mismo acaba de curar a una señora que tenía una mancha muy parecida en el parpado y con las nuevas medicinas se la pudimos quitar en menos de un mes sin necesidad de ninguna intervención quirúrgica. Y así ese médico le salvó la vida mediante los 50 o 60 mil pesos del tratamiento, el cual hay que seguir revisando hasta que aparezca otro síntoma y una nueva medicina con un nombre difícil de pronunciar, pero que ya está registrado en la Secretaría de Salud y se puede buscar en el Internet, donde viene toda la explicación de las bondades del nuevo medicamento, así como el cuidado que se debe de tener al tomarlo o inyectárselo. Por eso se recomienda que siempre se vea al especialista, quien le dirá cuáles son los pasos a seguir. Volviendo al gran negocio de los laboratorios a nivel mundial, dichas farmacéuticas se supone estarían en el mercado para salvar la vida de la gente, porque se trata de un grupo de diez laboratorios que se han adueñado del mercado de la salud. Una de las razones más importantes de la relación entre estas corporaciones y los pocos laboratorios independientes, que no están dentro de área de control de la sociedad de este grupo exclusivo de diez, es que no son parte de la mercadotecnia internacional, como por ejemplo la Isla de Cuba; un País que no necesita de la publicidad para curar a sus semejantes, cuyo sistema de investigación médica no necesita las “conferencias”, ni los premios a los médicos publicistas de sus productos, ni de nombres raros ni rimbombantes. Los laboratorios cubanos se dedican exclusivamente a la práctica de la auténtica investigación médica no mercantilista, donde si un medicamento cuesta 10 dólares, ellos lo venden en 10 dólares sin hacer tanta algarabía esa es la razón del porqué la gente que escucha lo que sucede en Cuba y por qué se aceptan a médicos cubanos por todo el mundo, aún sin cobrarles un solo centavo se agrupan y ofrecen sus servicios a los países con problemas médicos y ese ha sido uno de los grandes dolores de cabeza de los grandes laboratorios internacionales. Es por eso que Estados Unidos y los demás países que controlan a las farmacéuticas en todo el mundo, su peor enemigo es la pequeña pero formidable Isla de Cuba, quien lleva 60 años de sobrevivencia aguantando todos los ataques e intervenciones que los dueños de los laboratorios mercantilistas explotan al resto del mundo pero con Cuba no se han podido meter porque no tienen ningún pretexto para dañarla más. El día que se deje de hacer los grandes negocios con las medicinas, cuando los laboratorios no jueguen a la economía sino a verdaderamente encargarse de la salud del ser humano, no habrá tantos niños muertos con cáncer, ni el negocio de las corporaciones será la salud de los seres humanos, entonces será un mundo más justo, más amable, en el que se busque hacer el bien al prójimo y no a una economía rapaz sin más sueño que seguir monopolizando el dinero sin una razón humanitaria.

Por RAFAEL BENABIB / rafaelbenabib@hotmail.com

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