La detención del subsecretario de Protección Civil de Cuernavaca, Gonzalo Barquín Granados, fue una “fake news”, una noticia falsa, pues, pero no en contra del propio funcionario municipal sino para efectos mediáticos un capítulo más de la campaña de difamación versus el alcalde Francisco Villalobos.

Sin embargo, dado que de la repetición de la mentira algo queda, la inmediatez de un comunicado del Ayuntamiento desmintió la especie.

Señaló que no es verdad que Barquín haya sido detenido por el delito de portación de arma de fuego, como se divulgó a través de redes sociales.

Admitió que efectivamente el hoy subsecretario fue detenido por un altercado con un taxista, y que los policías que acudieron al lugar del incidente encontraron en el automóvil de Barquín una pistola Pietro Beretta calibre nueve milímetros con un cargador abastecido.

Pero esto sucedió en junio de 2019, cuando Barquín no era funcionario municipal y los “comunicólogos” electrónicos pagados por adversarios políticos de “Lobito” aún no se descaraban del todo.

En cambio, noticia verdadera la de que el director de Licencias y Reglamentos de Tlayacapan, Enrique Linares Téllez, fue destituido del cargo tras agredir con un machete a su vecino identificado como José Víctor “N”. Mas esto con sus bemoles.

Según la denuncia presentada por Víctor, el ahora funcionario y dos tipos que lo acompañaban bajaron de una camioneta con machetes en mano.

Y de acuerdo a la versión de Enrique, José aventó una andanada de botellazos a la fachada de su casa, así que después lo buscó armado de un machete.

Enterada la alcaldesa Carmen Pochotitla, informó que Linares fue cesado, mientras por otro lado se supo que huyó del pueblo.

Sin embargo, el caso no es tan simple, metido como casualmente parece estar en el ajo un ex diputado que es propietario de una cantina en la que el ahora ex director de Licencias se presentó para apercibirlo de que respetara los horarios de funcionamiento autorizados.

Cosas, pues, del Morelos rural y urbano que desconocen los funcionarios fuereños…

MÁS de treinta huracanes han azotado a México en lo que va de este año.

A los habitantes de la península de Yucatán últimamente los sacudieron dos y a lo peor les cae Zeta, la tormenta tropical que viene del norte de Centroamérica y fue ubicada dirigiéndose a las costas de Quintana Roo.

A propósito de huracanes, estos datos que muestran su poderío: Janet: El primero del que se tiene registro como categoría 5 de la escala Saffir-Simpson tocó tierra el 27 de septiembre de 1955 en el sur de Quintana Roo, devastando su capital, Chetumal, cuyas construcciones, la mayoría de madera, fueron arrasadas quedando un puñado en pie, con cientos de muertos y millonarias pérdidas.

México: Hasta ahora considerado el más poderoso del Pacífico, categoría 5 con vientos de hasta 260km/h., tocó tierra el 29 de octubre 1959 cerca de Manzanillo (oeste), dejando más de 1,000 muertos a su paso.

Beulah: El 16 de septiembre de 1967 atravesó la porción norte de Quintana Roo, a la altura de la isla de Cozumel, para regresar al Atlántico y ganar fuerza hasta alcanzar la categoría 5 antes de golpear el noreste de México y Texas. Cobró unas 40 vidas en territorio mexicano.

Liza: Registró la categoría 4 el 30 de septiembre de 1976, antes de golpear el sur de la península de Baja California. Dejó más de 1,000 muertos y decenas de miles de damnificados.

Gilberto: De categoría 5, tocó tierra el 14 de septiembre de 1988 por Cozumel antes de arrasar las playas de Cancún, para luego regresar al Atlántico y volver a golpear el noreste de México. Llegó a internarse en el antiguo cauce de un río seco en Monterrey, desatando una devastadora inundación y unos 200 muertos en la capital regiomontana… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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