Está escrito desde el desierto que: “No hay mal que dure cien años”; de modo que, el pasado fin de semana, luego de un largo ayuno, el balón volvió a rodar, para beneplácito de todos los que queremos y amamos al futbol.

La Bundesliga alemana fue la primera en reanudar su torneo, en donde a fuerza de ser sinceros, tal y como si se tratase de esos programas de “espectáculos” (en donde suelen meterse en la vida privada de la gente pública y el chisme es el principal protagonista) poco se habló de futbol y más de los festejos y curiosidades que rodearon al feliz acontecimiento.

Al grito de: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar”, el entusiasmo se esparció por todo el globo terráqueo y a todos, ya se nos queman las habas por saber cuándo se podrá reanudar el balompié profesional en cada uno de nuestros respectivos países.

Aunque algunas ligas, tomando al toro por los cuernos, optaron por dar por cancelado su torneo otorgando el título de campeón al equipo que marchaba al frente de la competencia, otros, entre los cuales se encuentra la Liga Mx, se niegan a doblar las manitas.

Y es que, no es para menos; toda vez que, por un lado, es mucha plata la que está en juego y por el otro, demasiadas las cuestiones: epidemiológicas, protocolarias y contractuales que habría que coordinar para lograr ver la lucecita al final del túnel.

Que, si se suspende el torneo, las televisoras no estarían dispuestas a caerse con la feria. Que entre más se aplace más difícil será negociar con los jugadores que terminan contrato. Que si se declara campeón al Cruz Azul, no sería digno (ni justo) afirman algunos.

Que se podría reanudar el torneo en una sola sede, con los 18 equipos concentrados; pero que, solamente ciudades como Guadalajara y Monterrey cuentan con la infraestructura necesaria para ello, sin mencionar el elevado costo que ello implicaría, así como, la logística, que sería muy complicada.

Que otra de las opciones sería reanudar el 1 de julio, jugar a las carreras: jornadas dobles, la liguilla e iniciar el siguiente torneo inmediatamente; pero que, resulta muy precipitado. Total, que aparentemente para donde se hagan… la cuerna el toro.

Desde aquí, pondré mi granito de arena para proponer una solución que a nadie se le ha ocurrido: ¡Que se juegue un torneo largo!; es decir, cuando ya se pueda, que se reanude el actual certamen como si fuera la primera vuelta, que se ajuste el calendario para “la segunda vuelta” … una sola liguilla… un solo campeón.

 

Eduardo Brizio

ebrizio@hotmail.com

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