Los tres clips, de apenas 40 segundos de duración, tienen nombre: FLIR1, Gimbal y Go Fast. La Marina niega referirse a ellos así internamente, pero sí que ofrece la fecha de cuándo fueron tomados.

El primero fue tomado el 14 de noviembre de 2004 mientras que Gimbal y Go Fast se grabaron el 21 de enero de 2015, lo que hace pensar que se trata del mismo “fani”.

Un oficial de la Marina de los EU ha confirmado que los tres vídeos publicados por el New York Times entre diciembre de 2017 y marzo de 2018 grabados por pilotos del ejército persiguiendo a ovnis, son reales. “La Marina denomina a los objetos contenidos en estos vídeos como fenómenos aéreos no identificados”, asegura este oficial tras ser consultado por la web The Black Vault.

Al ser preguntado sobre por qué utilizaba el término “fenómenos aéreos no identificados” en vez del típico “objeto volador no identificado”, Joseph Gradisher, Subjefe de Operaciones Navales para la Guerra de la Información, explica que esa terminología “se utiliza porque proporciona un descriptor básico para los avistamientos/observaciones de personas no autorizadas/aeronaves/objetos no identificados que han sido observados entrando/operando en el espacio aéreo de varios campos de entrenamiento controlados por militares”.

La Marina de los EU reconoce así que los vídeos son reales y que no saben exactamente qué son esos pequeños objetos voladores que persiguen los pilotos. En los vídeos, que antes de ser publicados por el NYT fueron recuperados y difundidos por la academia de ciencias To The Stars (fundada por Tom DeLonge, el ex miembro del grupo musical Blink 182), aparecen varias grabaciones tomadas por aviones F18 norteamericanos intentando discernir si lo que están persiguiendo son drones, aviones, animales u ovnis.

 

 

Están tomados por el sistema de localización de objetivos en tierra ATFLIR (Advanced Targeting Forward Looking Infrared) de los aviones, que combina cámaras y sensores láser para centrar la vista en los objetivos. Los mismos pilotos se sorprenden de que el dispositivo no sea capaz siquiera de centrar el objeto no identificado. Se aprecia bien en este vídeo.

 Después de hablar con el oficial, John Greewald (director de The Black Vault) ha sido entrevistado en Motherboard. Asegura que es, cuanto menos, llamativo que el alto cargo de la Marina no defina a los objetos que aparecen en los vídeos como “drones” o “globos”, algo que ya ha hecho el Pentágono en otros vídeos anteriores. “Sin embargo, no lo hicieron. Dijeron que los ‘fenómenos’ representados en esos vídeos no están identificados”, dice.

 

 

Los tres clips, de apenas 40 segundos de duración, tienen nombre: FLIR1, Gimbal y Go Fast. La Marina niega referirse a ellos así internamente, pero sí que ofrece la fecha de cuándo fueron tomados. El primero fue tomado el 14 de noviembre de 2004 mientras que Gimbal y Go Fast se grabaron el 21 de enero de 2015, lo que hace pensar que se trata del mismo “fani”.

Todos se enmarcan dentro del Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales que llevó a cabo el Pentágono entre 2007 y 2012. Este programa representaba una partida de 22 millones de dólares anuales en el presupuesto de Defensa, algo casi indetectable y que fue ordenado por el senador demócrata Harry Reid (Nevada).

El tercer video se registró en el verano de 2014. Los testigos no fueron personajes dudosos sino pilotos de élite de la Marina estadounidense, que lo reportaron a sus mandos en el Pentágono e incluso al Congreso.

“Esas cosas estaban ahí fuera todo el día”, explica ahora uno de ellos, Ryan Graves, al diario The New York Times. “Mantener un avión en el aire requiere de una cantidad notable de energía; a la velocidad a la que los vimos, 12 horas en el aire son 11 horas más de las que esperaríamos”, explicó Graves.

Este piloto de cazabombarderos F/A-18, que lleva una década en la Marina, se refería a objetos no identificados de formas extrañas (uno parecía una pirinola girando en contra del viento; otro parecía una pastilla contra la tos del tamaño de un avión comercial).

A veces, quedaban grabados en vídeo. En al menos una ocasión, estuvieron a punto de colisionar en el aire contra los cazas de combate. No parece que tengan motor, pero pueden alcanzar los más de 9 mil 144 kilómetros de altura a velocidades supersónicas.

Los avistamientos de 2014 y 2015 fueron reportados a un programa secreto poco conocido del Pentágono “para la identificación de amenazas aeroespaciales”. Su responsable, Luis Elizondo, dimitió en 2017 tras calificarlos como “una sorprendente serie de incidentes”.

A la par ha trascendido que la Marina ha creado nuevas directrices para facilitar a su personal la tarea de informar a los mandos sobre sus encuentros con objetos voladores no identificados, publicó el político este martes.

En los últimos años, los marineros estadounidenses han avistado varios objetos que no fueron capaces de identificar. Para simplificar la investigación de estos casos, se ha decidido actualizar y formalizar los canales por los que se informa a las autoridades sobre estos sucesos, según se desprende de un comunicado enviado por la Armada en respuesta a la solicitud del periódico.

La nueva medida no significa que los militares esperen encontrar naves extraterrestres, sino que tiene como objetivo desestigmatizar las observaciones de algunos fenómenos no explicados para analizarlos y estudiarlos.

-Con información de Telemundo y RT.

 

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