Joaquín “El Chapo” Guzmán no sólo ha sido uno o el delincuente más acaudalado de México, o la figura mediática más famosa de los últimos meses, o el narco que probablemente haya movido mayor cantidad de drogas entre nuestro país y Estados Unidos. Sentenciado este miércoles en Nueva York a cadena perpetua más 30 años de prisión, es también un sujeto afamado en el mundo por haberse fugado dos veces de cárceles consideradas “de máxima seguridad”, la primera el 19 de enero de 2001, en Puente Grande, Jalisco, escondido en un carrito con ropa sucia, y la segunda el 11 de julio de 2015, en la prisión del Altiplano, estado de México, escurriéndose por un túnel de 1.5 kilómetros cavado bajo la ducha de su celda. Otros evadidos que fueron leyenda, protagonistas de pasajes intemporales de vida y muerte convertidos en temas de literatura y el cine que, sin importar si fueron buenos o malos, culpables o inocentes, se quedaron en la memoria colectiva por su matiz de heroísmo bizarro o anti heroísmo: Lecumberri. Durante sus 76 años como prisión (fue inaugurado por Porfirio Díaz en 1900), hubo dos notables escapes. Uno fue el de Alberto Sicilia Falcón, quien huyó a través de un túnel que cruzaba la avenida Héroes de Nacozari. El otro fue Dwight Worker, un narcotraficante estadounidense de cocaína cuyo caso fue presentado por el canal de televisión estadounidense National Geographic. Con la ayuda de su esposa Barbara Worker, Dwight escapó el 17 de diciembre de 1975 disfrazado de mujer. Después publicó un libro acerca de sus experiencias titulado “Escape”.  Se rumoró que Francisco Villa se evadió en 1911 del “Palacio Negro de Lecumberri”, y en efecto se escapó, pero de la cárcel de Santiago Tlatelolco, luego de haber sido transferido de Lecumberri. También se aseguró sin fundamento que de la ahora sede del Archivo General de la Nación se fugó Joel David Kaplan en compañía de Carlos Contreras Castro, quienes utilizaron un helicóptero para “pelarse” el 18 de agosto de 1971. Pero en realidad lo hicieron de Santa Martha Acatitla… Alcatraz. “La Fuga de Alcatraz” es una película de suspenso de 1979 dirigido por Don Siegel y protagonizado por Clint Eastwood. La cinta está basada en el libro “Escape from Alcatraz”, de J. Campbell Bruce. Relata la historia de Frank Morris (Eastwood) y los hermanos John (Fred Ward) y Clarence Anglin (Jack Thibeau), quienes tienen la distinción de ser quizá los únicos en haberse escapado de la prisión de Alcatraz, en la isla del mismo nombre, fuera de la bahía de San Francisco, California. En 1962 Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin planeaban su escape de la “roca” de Alcatraz. Durante dos años, los internos fabricaron una balsa con materiales de desecho y crearon rudimentarios maniquíes con pelo tomado de la peluquería de la cárcel, poniéndolos en sus camas. Así se escaparon a través de un pasadizo que habían hecho cavando por turnos durante meses. La policía los declaró muertos, al no dar con sus paraderos y por los artículos personales encontrados en el mar... Pistola de madera. La siguiente fuga fue llevada a la pantalla en 2012, con el actor Johnny Deep en el protagónico. En la década de 1930, en Estados Unidos la policía detuvo a un peligroso ladrón de bancos llamado John Dillinger. Luego de varios escapes, el delincuente fue enviado a la cárcel del condado de Lake, en Crown Point, Indiana. El 3 de marzo de 1934, Dillinger escapó con un arma de juguete hecha de madera ennegrecida con betún negro para zapatos. Con su pistola de juguete fue capaz de engañar a un guardia en la apertura de su celda. Dillinger en su momento fue tan famoso como “El Chapo” por burlarse de las autoridades, aunque al parecer sin sobornar a funcionarios penitenciarios como aquí… Chile. Sin duda la fuga más espectacular y recordada en el país andino es la de los miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en 1996, evadidos de la Cárcel de Alta Seguridad en un helicóptero en solamente 58 segundos. Tras un tiroteo con los guardias, el aparato sobrevoló el recinto penal. De los cuatro fugados, Ricardo Palma y Mauricio Hernández eran los más altos jerarcas del FPMR en prisión y estaban condenados a cadena perpetua por el asesinato del senador Jaime Guzmán. Los otros dos, Pedro Ortiz y Pablo Muñoz, se hallaban implicados en diversos delitos. Arrendado previamente con el pretexto de un viaje turístico, el helicóptero civil se situó volando sobre el patio de la cárcel y dejaron caer una red de cuerdas a la que los cuatro detenidos se subieron rápidamente. La aeronave aterrizó en un parque del sur de Santiago de Chile, el comando lo dejó con sus aspas girando y prosiguió su fuga en dos vehículos terrestres… ¿Estuvo alguna vez “El Chapo” en Cuernavaca? Probablemente sí, trotamundos como fue... (Me leen mañana).

José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com

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