Muy buen amigo, difícilmente habla de sí mismo un ser humano lleno de sorpresas, le gusta la música, licenciado en Derecho y una persona entregado a la música y al trabajo de litigante y venido de una familia numerosa al ser uno de los 18 hermanos que tuvieron sus padres Doña Guadalupe y don Antonio es Guillermo Serafín Rosales, quien nació el 10 de marzo en una pequeña población que lleva el nombre: “Cadena de Víctor Rosales”,  en el Estado de Zacatecas, aclara que el nombre de su pueblo que no tiene ninguna relación con el apellido de su señora madre quien se llamó Guadalupe Soledad Rosales Saucedo, siendo su padre don Antonio Sefraín Hernández, quien fuera jefe de bodega de la Cervecería Modelo de México. Y su mamá se partía en pedazos para lograr ser una buena ama de casa.
Llegaron a Cuernavaca en 1959, cuando el pequeño Guillermo tenía tres años de edad, debido a que uno de sus tíos era sacerdote y vivía en esta ciudad. Su padre se colocó en el mismo tipo de trabajo que tenía en Zacatecas y al poco tiempo de haber llegado a esta ciudad, a todos les encantó la idea de vivir en Cuernavaca.
Guillermo cursó sus estudios en esta ciudad desde kínder hasta preparatoria y después en la Facultad de Derecho en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Durante sus estudios fue contratado por la Dirección de Trabajo y Previsión Social, ingresando más tarde a la Junta de Conciliación y Arbitraje, donde estuvo trabajando seis años.
Junto con cuatro compañeros de la UAEM, sin posibilidades económicas se instalaron en una de las bancas de fierro del Jardín Juárez. Colocaron una pequeño letrero de lo que hacían y para su sorpresa les empezaron a llegar clientes que no tenían el suficiente dinero para contratar algún despacho jurídico. Tiempo después este mismo grupo abrió una amplia oficina en uno de los edificios de la calle Clavijero, los que tienen muchos años de estar vacíos. 
Entró a trabajar con el gobernador Antonio Riva Palacio en la Dirección de Trasporte dentro de la División Técnica de la misma. Fue Director de Gobernación en el Estado de Morelos cuando era subsecretario, Jorge Martínez Salgado.
Se volvió a integrar a su despacho y al poco tiempo lo invitaron a colaborar en el Distrito Federal con José Manuel Baranda Rodríguez, quien era el Director General de Administración de la Procuraduría, en el DIF, siendo el jefe del Departamento del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Causabón.
Regresó a Cuernavaca y continuó litigando. Su despacho está en la calle Gutemberg esquina con Clavijero. Tiene tres hijos: Cristian, Pamela y Mayte Aixa, Su hijo Cristian trabaja en una empresa de ventas, Pamela en la industria hotelera y Mayte está por finalizar sus estudios universitarios.
Su familia gozaba de una vida holgada de clase media; tenían su casa propia, el papá se ufanaba el que todos sus hijos estudiaban y en tiempo de “vacas gordas”, los llevaban a pasear a la Capital, a Acapulco o a conocer todo el Estado de Morelos.
Por los años 80, tuvieron un pequeño rancho ganadero en la colonia Tres de Mayo llamado “La Ceiba”. Ahí Memo ayudaba en el cuidado de la cría del ganado y de los cerdos. Al morir sus padres se terminó el negocio del rancho y la propiedad pasó a ser propiedad de su hermana Guadalupe, mayor que Memo, donde aún la habitan ella y su hija Emilia de Jesús.
Guillermo tenía 16 años cuando se integró a la Estudiantina Minerva con el profesor Ernesto Bellón Saavedra, cuyas actuaciones al principio de su formación, obtuvieron reconocimientos y premios en efectivo, con lo que pudieron ir por todo el País y buena parte de Centroamérica.
Hasta la fecha, Memo es parte de la Estudiantina Minerva, la cual sigue dando representaciones en todo el País o donde sean requeridos. Nos hace la aclaración de que ellos no cobran por actuación, sólo reciben los viáticos.
El profesor Sergio Bellón y Guillermo fueron los principales fundadores de la Estudiantina Minerva con el que formaron el grupo musical dirigido por el mismo profesor Sergio Bellón. “De esto ya hace 50 años”, aclaró. Nos cuenta que el grupo de la Tuna practican dos veces por semana en una casa de la calle Lázaro Cárdenas de la Colonia Jiquilpan. 
Esta “tuna” está vigente, nos cuenta que muy seguido actúan en la catedral de Cuernavaca invitados para cantar en alguna ceremonia con todo el gusto, mientras que las actuales autoridades, tanto estatales como municipales y a pesar de que ellos no cobran por sus actuaciones los invitan a tocar en diferentes espacios de la ciudad, pero ellos tienen que pagar por le renta de los espacios, así se trate de algún lugar de cultura manejado por las mismas autoridades, cobrándole a la estudiantina por su propia actuación, aunque se trate de una audición benéfica para niños de la calle o para algún asilo de ancianos. 
Añade que en su actividad artística de la estudiantina, tuvo el honor de haber sido invitada a una cena de gala que se les ofrecía a los Reyes de España, así como para actuar y cenar en el hotel Sheraton de la Ciudad de México que les fue ofrecida por la Secretaria de Relaciones Exteriores.
Cuando vino a Cuernavaca el Sha de Irán Reza Pehlevi, en su casa de la colonia Palmira, tuvieron una muy aplaudida actuación y en el oriente del Estado de Morelos, ofrecieron una función espacial para el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter en la parte cacahuatera del estado. El cierre del evento lo hizo el licenciado Luis Echeverría Álvarez, en aquel tiempo presidente de México.
Memo ahora se dedica a litigar y lo que más le gusta es la defensa en materia civil, ya que explica que esa es la rama del Derecho que abarca todas las demás actividades de dicha carrera. “Lo que pasa es que esa parte de la abogacía cubre toda la vida del personaje, desde que nace hasta que muere e inclusive hasta después de la muerte, por ejemplo una sucesión con o sin testamento, la repartición de bienes, así como la conciliación entre las partes, al igual que los últimos deseos del fallecido”.
 Nos cuenta sobre algunos de sus casos, pero existió uno es especial que se trató de un homicidio calificado donde el supuesto culpable, fue sentenciado a 50 años de prisión y a Guillermo lo contratan para que lleve el caso a los tres años de quien había sido condenado y en el Tribunal de Alzada (o Segunda Instancia), logró obtener la libertad del sentenciado, siendo absuelto de toda culpa al demostrar su total inocencia. “Es el asunto legal más interesante que he tenido como abogado postulante”, se ufana.
Guillermo Serafín continúa litigando asuntos mercantiles, familiares y de otros tipos, pero siempre tiene una sonrisa para su prójimo. Nunca se le ha visto en un pleito. Su forma de ser ha logrado el ser respetado por toda la ciudadanía.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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