La noche del pasado martes 4 de junio a las 9:32 de la noche, Norberto Ronquillo salió de la Universidad del Pedregal y solo nueve minutos después (9:41 pm) los secuestradores se comunicaron con el tío del estudiante.
En la primera llamada el tío de Norberto no oyó bien y cortó la llamada, enseguida volvieron a llamar los secuestradores y lo ofendieron por haberles cortado la comunicación vía telefónica, él se asustó y volvió a cortar.
Después los plagiarios le llamaron a la tía de Norberto Ronquillo y a ella es a la que le solicitaron que comenzara a juntar el dinero. En ese momento con insultos le pidieron que juntara 5 millones de pesos.
En las primeras horas del 5 de junio arribaron parte de sus familiares a la Fuerza Antisecuestro para reportar el plagio.
Mientras tanto, en su hogar, la tía de Norberto trataba de negociar bajar el monto de dinero para entregar a los secuestradores.
Ella les dijo a las autoridades que le llamaron desde otros teléfonos, le mandaron mensajes, empezaron a bajar sus exigencias.
Bajan sus exigencias hasta llegar a alrededor de 500 mil pesos y también unas alhajas. Algo poco común en unos “secuestradores profesionales”, acota el periodista Carlos Jiménez.
La misma tía de Norberto llama a su marido y a su hijo, para decirle que ya se saliera de la Fuerza Antisecuestro porque ella ya había logrado llegar a un acuerdo con los secuestradores.
Ahí es cuando la familia solicita a las autoridades que no intervengan.
Más tarde, Oswaldo, el primo de Norberto es quien finaliza haciendo las últimas llamadas para ponerse de acuerdo con los secuestradores a fin de entregarles el dinero.
Ellos le solicitan que se dirija a un auto lavado ubicado en Calzada de las Bombas 799, que se estacione ahí, que descienda del automóvil, que cruce la calle, se dirija a un terreno que está enfrente de dicho establecimiento y que lance por encima de la reja la bolsa con el dinero y las joyas al terreno.
Después le dicen que se dirija a Canal de Chalco, que ahí van a liberar a su primo; Oswaldo, llega alrededor de las 3:30 de la madrugada a dicho lugar, sin embargo, Norberto nunca aparece.
Posterior a eso, los secuestradores no volvieron a comunicarse con ellos, ni contestaron las llamadas de la familia.