Cuernavaca está cada día peor, es una ciudad que luce como si estuviera atropellada, está sucia, revolcada, llena de basura, de hoyos y de baches, seca con camellones abandonados llenos de tierra, sin ningún mantenimiento, y con un tránsito indecente que cada día hace más difícil circular por ella.

Y a ello le agregamos que las autoridades, aparte de no hacer nada, y nos referimos a las que se acaban de ir, que desde luego no hicieron nada más que dejar problemas, y muchos de ellos violando la normatividad con una tranquilidad que demuestra que hubo mucho dinero de por medio.

Uno de los casos por los que la ciudadanía está furiosa es el del pueblo de Tlaltenango, donde la administración anterior dejo grandes problemas al dar permisos para construcción en una violación flagrante a la normatividad del desarrollo territorial de la ciudad. En este caso, Tlaltenango y muchas otras colonias sufren el mismo síndrome; vemos nada más la cantidad de edificios en Acapantzingo y en muchas colonias, donde está prohibida por la ley la construcción de edificios. No se respeta la ley y los constructores, de una manera rápida, con dinero logran violarla con total impunidad.

En Tlaltenango, donde se encuentra la primera capilla levantada en Cuernavaca a la llegada de Hernán Cortés, si usted observa verá que es la única iglesia en el estado que está orientada hacia el sur como las iglesias europeas, y no al poniente como todas las demás; y, muy probablemente, se encuentra sobre restos de construcciones de nuestro pasado prehispánico. Ahí, exactamente ahí, quieren hacer torres de más de once pisos, llenas de departamentos, en una calle central que es la del Salto Chico que, desde luego, no está preparada para recibir esa cantidad de gente y de vehículos.

Según declaraciones del Ayudante Municipal de la localidad se señaló que el permiso dado por la administración anterior viola el uso de suelo, por lo que están pidiendo al cabildo actual que revoque ese permiso, pues sería acabar con la ecología de la zona, ya que se tienen problemas de agua, no hay drenaje y la calle de San Gerónimo está saturada gracias a una escuela que ha ocupado muchas de las residencias de la zona. Esas edificaciones traerían el caos a una población que tiene tradiciones tan antiguas como la Feria de Tlaltenango, que se instala en los primeros días del mes de septiembre, la que ya de por sí crea un caos en la zona, y con esas construcciones sería imposible circular. La violación a las normas establecidas, y conste que no me las sé de memoria, pero, para ese tipo de edificación al menos se necesitan 15 mil metros cuadrados y quieren construir en seis mil, lo que es una verdadera aberración. 

Los comuneros y los habitantes de Tlaltenango están verdaderamente molestos y están cerrando la circulación por tiempos específicos en la avenida Emiliano Zapata, trayendo caos a la zona; pero, a pesar de que ya avisaron al nuevo Ayuntamiento, éste dice que sí, pero no ha realizado la cancelación de los permisos que están violando la normatividad.

Así, la ciudad sigue creciendo irresponsablemente, porque se ha convertido el uso de suelo en uno de los grandes negocios de los que son responsables de cuidarlo, los cuales, muchas veces de acuerdo con notarios corruptos, han dado permisos violando la normatividad de manera totalmente impune; porque en nuestro estado siempre declaran que se robaron o hicieron mal esto o aquello, pero a nadie meten a la cárcel y sí, en cambio, los encargados de la secretaría y dirección responsables de tales asuntos siempre salen locos de contentó con su cargamento, tan tranquilos.

De la misma manera, están hablando de mejorar la seguridad que está perdida en Cuernavaca, pero los antros trabajan de día y de noche sin parar porque están protegidos por las autoridades municipales, sin importar que no cumplan con las normas y, en casos específicos, con los Ayudantes Municipales de acuerdo, como en Ahuatepec, donde el negocio de emborrachar da tanto dinero que no nada más han tomado las banquetas para volverlas parte de su negocio, sino que hasta piso le han puesto, sin respetar que se trata de un bien de la comunidad; y los ciudadanos tienen que caminar por la carretera porque, por una “corta feria” el ayudante finge demencia y permite que hagan y deshagan en lo que quieran. Ya ocurren asesinatos y riñas a cada momento, pero la autoridad hace como que la Virgen le habla y no hace nada. El cabildo dijo que pondría orden, pero al parecer le tiene miedo a la población por aquello de los abusos y costumbres, en los que el pueblo no está de acuerdo, y no cumplen con su obligación. Pobre ciudad atropellada por la impunidad y la corrupción. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com   Twitter: @teolavin

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