Al menos trece muertos han dejado las protestas y disturbios en Venezuela antes y durante las manifestaciones de este miércoles, primer gran pulso en las calles desde las violentas marchas de hace un año contra el presidente Nicolás Maduro, informó el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), crítico del gobierno.

Las marchas estuvieron precedidas por focos de protestas que en la noche del martes dejaron cinco muertos, uno de ellos un joven de 16 años en el barrio de Catia (oeste capitalino) y los otros cuatro en saqueos en el estado de Bolívar sureste del país), donde también fue quemada una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).

Otras ocho personas murieron este miércoles durante las protestas en en el estado Táchira, Barinas y Amazona, informó el diario El Nacional. Además, una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) fue quemada en San Félix (Bolívar).

Miles de opositores marchaban este miércoles para exigir a Maduro cesar lo que llaman la “usurpación” del poder, clamar por un gobierno de transición y elecciones. Mientras, los seguidores del mandatario socialista, también miles, rechazaban lo que denuncian como un golpe de Estado en curso orquestado por Washington.

Comercios, escuelas, empresas e instituciones amanecieron cerradas y el tráfico vehicular era mínimo, bajo un clima de fuerte tensión. Aún están frescas en la memoria las violentas manifestaciones que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio de 2017.

En una fecha histórica, cuando se conmemoran 61 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, opositores y chavistas se concentran en varios puntos de la capital y otras ciudades, ondeando banderas de Venezuela.

Tomando impulso bajo el joven liderazgo del jefe del Parlamento de mayoría opositora, Juan Guaidó, la oposición busca superar sus fracturas y reanimar a sus seguidores, fijando una nueva hoja de ruta: “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”.

“Vamos a cambiar Venezuela, a conquistar la democracia”, había manifestado el martes Guaidó, al llamar a la población a manifestarse en todo el país.

Los chavistas buscan dar un espaldarazo al cuestionado segundo mandato de seis años que inició Maduro el 10 de enero, considerado “ilegítimo” por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y varios países latinoamericanos.

La víspera, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, expresó su apoyo a las protestas opositoras, lo que Maduro consideró una orden para sus adversarios de “ejecutar un golpe de Estado fascista”.

Temores de violencia

Las manifestaciones ocurren en medio de la peor crisis en la historia moderna del país petrolero, que sufre escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10,000,000 por ciento para 2019.

El colapso provocó el éxodo de 2,3 millones de personas desde 2015, según la ONU, el mayor movimiento migratorio en décadas en América Latina que ha dado lugar a brotes de xenofobia en países como Brasil, Colombia y Ecuador.

“Estamos marchando para que Guaidó se proclame presidente. No queremos a Maduro que es un usurpador. Estamos aquí para que se restituya la democracia”, declaró a AFP Argenis Ramos, docente de 32 años, vestido de blanco, en el este de Caracas.

 

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