Acompañados por familiares y amigos, Josefina Dávila y Mario Gamboa llegaron por tercera vez al altar para jurarse amor y respeto, una dicha que ha perdurado desde hace 50 años, convertido en un evento memorable para quienes fueron partícipes de la celebración religiosa.

Posteriormente, se ofreció una recepción en el jardín de un club de Cuernavaca, en donde los asistentes pasaron una hermosa tarde y disfrutaron un exquisito menú y ricas bebidas, acompañando a los esposos en sus bodas de oro. 

Con una romántica y elegante decoración de flores blancas y fotografías de momentos especiales de la pareja, la tarde transcurrió con el mejor de los ambientes y fue amenizada por un DJ y un grupo musical. Entre los invitados se encontraban Soraya, Gabriela y Mario Gamboa, hijos de los esposos y organizadores de esta inolvidable fiesta, en la que los buenos deseos y los regalos se fusionaron. ¡Felicidades, Josefina y Mario!.

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