En junio de 1863, la Junta de Notables convino en que México fuera una monarquía y que Fernando Maximiliano de Habsburgo, Archiduque de Austria, se convirtiera en Emperador de México. Y en abril de 1864 la captación se formalizo con los tratados de Miramar. Napoleón III se comprometió a conservar un ejército de seis mil hombres durante seis años, mientras el nuevo emperador organizaba un ejército mexicano propio que lo defendiera.

 A pesar de sus ideas liberales, Maximiliano quedó a la deriva cuando Napoleón III se llevó su ejército para combatir a Prusia; y Maximiliano mandó a Carlota, su cónyuge, a entrevistarse con Napoleón III y con el Papa, lo que no sirvió de nada. La detención de Maximiliano y la aplicación de la ley vigente se llevaron a cabo en Querétaro, donde en un juicio fue dictada la pena de muerte y la ejecución se llevo a cabo el 19 de julio de 1867, con lo que terminó el Imperio Mexicano.

Al llegar los franceses a la Ciudad de México, impusieron la Regencia, en la que participaron Nepomuceno Almonte, Mariano Salas y el Arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos con un grupo de notables.

El nueve de junio de 1863, en San Luis Potosí el presidente lanzó un manifiesto a la nación en el que expresó sus consideraciones respecto a la intervención francesa, el cual fue hecho también por el Congreso el 27 de noviembre. El gobierno errante de Juárez se traslado después a Saltillo y a Monterrey, donde no pudo reunir al Congreso. 

En junio de 1863, la Junta de Notables convino en que México fuera una monarquía y que Fernando Maximiliano de Habsburgo, Archiduque de Austria, se convirtiera en Emperador de México. Y en abril de 1864 la captación se formalizo con los tratados de Miramar. Napoleón III se comprometió a conservar un ejército de seis mil hombres durante seis años, mientras el nuevo emperador organizaba un ejército mexicano propio que lo defendiera.

A pesar de sus ideas liberales, Maximiliano quedó a la deriva cuando Napoleón III se llevó su ejército para combatir a Prusia; y Maximiliano mandó a Carlota, su cónyuge, a entrevistarse con Napoleón III y con el Papa, lo que no sirvió de nada. La detención de Maximiliano y la aplicación de la ley vigente se llevaron a cabo en Querétaro, donde en un juicio fue dictada la pena de muerte y la ejecución se llevo a cabo el 19 de julio de 1867, con lo que terminó el Imperio Mexicano.

Con el triunfo de la república, Juárez regresa a México el 25 de julio de 1867, consolidando el triunfo liberal. Y, para restablecer el orden constitucional, convoca a elecciones en todos los estados de la federación para el 14 de agosto de 1867, solicitando a los ciudadanos que al escoger a sus electores estos señalaran si estaban de acuerdo en que se formaran dos cámaras, darle poder de veto al presidente y que las reformas constitucionales deberían de ser aprobadas por las dos terceras partes de las cámaras y la mayoría de las legislaturas locales. Pero, a pesar de que Juárez ganó la elección a Porfirio Díaz y Sebastián Lerdo de Tejada, el Cuarto Congreso Constituyente se instaló hasta el ocho de diciembre de 1867 y no es sino hasta el 13 de noviembre de 1874 cuando se aprueba el sistema bicameral.

Pero las diferencias arreciaron con problemas políticos al acercarse el final del periodo Juarista en 1871, en el que se inicia la campaña presidencial donde compiten Juárez, Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz; éste, al perder, se sublevó mediante el llamado Plan de la Noria , pero el gobierno pudo contener su levantamiento.

La súbita muerte de Juárez el 18 de julio de 1872 deja en el poder a Sebastián Lerdo de Tejada, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que convoque a elecciones, las que se llevaron a cabo el 27 de octubre y en las cuales compitieron Lerdo de Tejada y Díaz; y el 16 de noviembre de 1872 declara el Congreso presidente a Lerdo de Tejada, quien decreta una amnistía y se recupera la gobernabilidad perdida. 

En 1873 se elige el Séptimo Congreso Constitucional con cuatro años para senadores y dos para diputados en sus cargos. El periodo Lerdista tuvo muchos problemas.

El General Porfirio Díaz se levanta con el grito de “No reelección” el 10 de enero de 1876, con el Plan de Tuxtepec en el cual se pide la aplicación de la Constitución de 1857. El plan triunfa y se vuelve a llamar a elecciones, y Díaz por fin toma posesión el  5 de mayo de 1877. El periodo de Díaz fue de reconciliación pero no obtuvo el reconocimiento del gobierno estadounidense, que reclamaba el pago de sus préstamos por lo que inició la intervención armada. Al terminar el periodo de Díaz, pasa la candidatura de Manuel González, quien tomó posesión de la presidencia el 1º de diciembre de 1880, hasta el regreso de Díaz en 1884 para su segundo periodo, en el que se dedicó a realizar obras, renegociar la deuda nacional con los británicos y formar escuelas como la de maestros e imponer la educación primaria obligatoria, logrando el control de las cámaras, lo que le permitió la reelección; y con un grupo pequeño se decidía quiénes y a donde iban políticamente. La habilidad de Díaz fue notoria, mandó diligentemente al país y logró la estabilidad, y junto con ella que su reelección consecutiva fuera auspiciada por la propia Constitución; las cámaras eran una comparsa y la administración y el desarrollo se dieron en muchos aspectos. El Héroe de Tuxtepec creció y su habilidad para manejar los grupos fue verdaderamente importante para alcanzar la estabilidad. 

CONTINUARÁ...

 

Por: Teodoro Lavín León

totolavin@outlook.com

 

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