Miles de turistas y peregrinos de todo el mundo visitan hoy la Basílica de la Natividad en Belén, construida sobre la cueva en la cual según la tradición cristiana nació Jesús de Nazaret, y donde esta medianoche se celebrará la tradicional misa, como parte de los festejos por la Navidad.
Desde las primeras horas de este lunes, los peregrinos hacían fila para pasar por la estrecha entrada de arenisca a la Basílica de la Natividad y tomarle fotografías al árbol de Navidad de 16 metros, bajo fuertes medidas de seguridad, según medios locales.
El arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del patriarca latino de Jerusalén, lideró la procesión hasta la basílica, donde se celebrará la tradicional misa de gallo, a la cual asistirá el presidente palestino, Mahmoud Abbas, así como otros funcionarios.
En la Plaza del Pesebre, situada cerca de la basílica, los visitantes escuchaban coros cantando villancicos, a músicos tocando la gaita y a la banda de niños exploradores palestinos, como es costumbre año con año.
“Este lugar es maravilloso. Siento como si la Navidad real se celebrara aquí”, comentó un peregrino de Malasia, mientras una estudiante francesa dijo “es una oportunidad estar en un lugar tan simbólico de la Navidad”.
La Basílica de la Natividad, edificada originalmente en el siglo IV, es un importante destino religiosos y turístico, a pesar de que los cristianos son sobrepasados en número por los musulmanes en Belén y en toda Cisjordania.
Este año, el flujo de visitantes en Belén, ciudad cisjordana ocupada por Israel desde hace más de 50 años, fue mayor respecto a años anteriores debido a las consecuencias del conflicto israelí-palestino, según el Ministerio palestino de Turismo.
“Más de 2.8 millones de personas han visitado este año los territorios palestinos. Todo un récord si se compara con los 2.5 millones de turistas registrados en 2017”, precisó.
En 2017, las celebraciones de Navidad en Belén fueron ensombrecidas por las tensiones derivadas tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos.
Esa decisión provocó manifestaciones casi diarias en los territorios palestinos, incluso en Belén, ciudad separada de Jerusalén por un muro erigido por las autoridades israelíes.