En verdad es impresionante la impunidad que se vive en nuestra ciudad, la autoridad no existe más que para quitar placas, patrullar sin hacer nada y tragar tortas y gordas en lugar de trabajar, mientras el caos reina en todo sentido; no hay quien ponga orden de ninguna manera.

Anteriormente se respetaban los bandos de policía y buen gobierno, pero ahora cada quien hace lo que quiere, desde los ruteros, los taxistas, los comerciantes y los “antreros”, todos y cada uno en nuestra comunidad hacen lo que quieren y las reglas no existen en realidad.

Puede uno ver todos los días a las motos circular con dos o tres personas encima y sin casco, o con niños, sin la mínima precaución, sin que nadie diga nada; las gentes van colgando de una camioneta en la parte de atrás, como vacas, sin que nadie les llame la atención por su propio bien; los antros están abiertos toda la noche y sin el menor recato, cuando el bando de policía y buen gobierno les da permiso hasta las once de la noche y, si lo aprueba el cabildo en casos especiales, hasta las dos de la mañana; pero no, en la realidad funcionan de día y de noche sin que nadie diga nada; los locales se comen las banquetas y las usan como parte del negocio, mientras la gente tiene que caminar por la calle; todo porque la impunidad es grande, pues todo se arregla con una “lana” y la policía y la carabina de Ambrosio son lo mismo.

La propia autoridad es cada día más “ligerita” y no hace nada por poner orden. El paso por la parte de abajo del Paso Exprés, por ejemplo, está cerrado desde hace una semana y nadie hace nada; si usted no se ha enterado recorre tres kilómetros para encontrarse con que no puede pasar y tendrá que regresar por donde vino. Nada costaría poner un letrero al principio de la vía, pero, como la autoridad no hace nada, pues los constructores menos.

Las calles aledañas se convierten en vertederos de basura y cascajo sin que nadie ponga orden; cada quien cierra la calle cuando se le pega la gana, sin autorización de nadie; los comerciantes parten las calles con cubetas, llantas o cualquier otra cosa, como si fueran de su propiedad, sin que nadie diga nada.

Pero, eso sí, no se le ocurra estacionarse en una zona de banqueta roja aunque sea por un instante, porque de inmediato lo multan. Como decía uno de nuestros lectores la semana pasada, los policías viven agazapados en diferentes esquinas para extorsionar a todo el que pueden, y en otros lugares de la ciudad el caos es cada vez peor.

Uno no sabe por dónde circular, ya que cualquier pretexto es bueno para cerrar una calle y acabar con el tránsito, ya sea porque alguien tiene una fiesta o un velorio y cierran la calle con una impunidad total. La autoridad no existe, las ayudantías municipales se dedican a sacar dinero con permisos que violan todos los reglamentos, pero ni quien les diga nada, los ciudadanos porque no saben y los funcionarios porque están más dedicados a ver qué sacan que en hacer algo por la ciudad.

Nadie respeta nada, ni las entradas de los coches ni el paso de peatones, por lo contrario, cada quien se para donde quiere hasta en doble fila, y si les tocas el claxon se enojan porque creen que están en su derecho; y los mordelones fuereños que tenemos sólo ven a quién extorsionan y no les importa la delincuencia que se pasea frente a ellos; las famosas cámaras, que se compraron según los de la “nueva visión” no sirven y -desde luego- se dice que van a detener a los responsables de ese gasto inútil, pero ya vamos al segundo mes y no vemos claro. El cínico de Graco todavía tuitea, después de haber devastado al estado peor que un huracán.

El mercadito de Gonzalo de Sandoval y Paseo del Conquistador es un verdadero centro de delincuencia, allí se vende no sólo alcohol, sino droga, y utilizando el ruido de lo que dicen es música, a altos decibeles, ya tienen a los vecinos hasta el copete. Ya mataron de un balazo a un cliente, y el negocio donde eso ocurrió sigue abierto, seguramente gracias a la “corta” que los dueños les dan a las autoridades, no se explica de otro modo.

La impunidad nos está comiendo en todos sentidos, no sabemos para qué sirve la autoridad que debería poner orden al tránsito de los camiones de la basura, que hacen el recorrido sin importarles el tráfico y se atraviesan y se paran en triple fila, deteniéndolo sin que nadie pueda hacer nada.

De eso y de algunas cosas más estamos hartos, ya que todos los días tenemos que vivir en la ciudad del caos, en la que no vemos una solución, ya no digamos inteligente, sino al menos que diera visos de que hay una disposición de las autoridades para arreglar algo o poner orden en el norte de la ciudad, donde, con el pretexto de los usos y costumbres locales, todo está en manos de la delincuencia y nadie hace nada.

Todos los saben, pero son incapaces de hacer algo. A este Ayuntamiento le queda mes y medio, tiempo en el que, seguramente, no hará nada; esperemos que el que llega sí sirva para algo. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp