En los próximos días se publicará la Norma Oficial Mexicana NOM-006-SEGOB-2015, con el fin de establecer características, especificaciones y procedimientos para la prevención, el alertamiento y la evacuación ante peligro de tsunamis.

El director general de Vinculación, Innovación y Normatividad en Materia de Protección Civil, Rogelio Rafael Conde García, reveló que esa norma cobra importancia por la vulnerabilidad que presenta el país por encontrarse en una zona sísmica.

Al asistir al lanzamiento del proyecto “Evaluación del Peligro Asociado a Grandes Terremotos y Tsunamis en la Costa del Pacífico Mexicano para la Mitigación de Desastres”, expuso que a 30 años de haber creado el Sistema y la Coordinación Nacional de Protección Civil, solo se ha dado la existencia de una norma mexicana para prevenir desastres por sismos.

Al presentar los “Avances, dificultades y desafíos en la mitigación de desastres en México”, expuso que México se encuentra también expuesto a fenómenos de tsunamis, como lo ha demostrado el contexto histórico de los últimos 283 años en los que se han registrado más de 60 en la costa occidental de México.

De estos fenómenos el más significativo fue el generado por el terremoto del 22 de junio de 1932 en las costas de Jalisco y Colima, con una magnitud de 6.9 grados en la escala de Richter y que produjo una ola de más de 10 metros que penetró un kilómetro en Colima, causando la muerte de 75 personas y 100 heridos.

Otros tsunamis importantes han ocurrido en Acapulco y Zihuatanejo, Guerrero, con olas de hasta ocho y 11 metros, respectivamente, los cuales se remontan incluso desde el siglo XVIII.

Tal es el caso, con base en estudios recientes, del sismo en las costas de Guerrero y Oaxaca en 1787, con magnitud estimada en 8.6 grados y que ocasionó un tsunami de grandes dimensiones, “según relatan los archivos históricos, cuyos efectos se extendieron por más de 24 horas”.

Los tsunamis son fenómenos devastadores y no se puede descartar que puedan ocurrir en algún momento en las costas del Pacífico con daños considerables y pérdidas de vidas, por ello en México se ha comenzado a trabajar en la implementación de alertas en la materia, subrayó.

Reveló que en 2013 se materializó la creación del Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis (Sinat), donde destaca la participación de las secretarías de Gobernación, Marina y de Comunicaciones y Transportes, así como de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigaciones Científicas y Educación Superior de Ensenada.

Por ello, dijo Conde García, cobra importancia que también se esté presentando el proyecto “Evaluación del Peligro Asociado a Grandes Terremotos y Tsunamis en la Costa del Pacífico Mexicano para la Mitigación de Desastres”, ya que permitirá también establecer nuevas normas y medidas para hacer frente a este peligro latente.

La nueva NOM obligará a hacer un diagnóstico de vulnerabilidad para determinar el grado de riesgo de los inmuebles considerando su cercanía con la costa, distancia con la zona de seguridad y la altura construida al nivel del mar.

Además planteará la necesidad de elaborar un plan de evacuación, la capacitación de personal para implementarlo y la instalación de instrumentos de alertamientos sobre la ocurrencia de un tsunami para informar sobre los riesgos, las medidas de seguridad y las acciones a seguir en caso de emergencia.

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