Sevilla.- La pasión rebasó el partido de la Copa del Rey entre Betis y Sevilla, que fue suspendido de forma definitiva debido a que Joan Jordan fue agredido por un palo lanzado desde las tribunas, situación que obligó al árbitro a detenerlo. 

La afición en el Estadio Villamarín tuvo que resignarse a volver a casa sin saber la definición del ganador en este duelo de Octavos de Final. Ahora se espera que la Real Federación Española de Futbol determine la sanción y cómo se resolverá el ganador del partido, que al minuto 46 se encontraba empatado 1-1.

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