Año de 1937. José Refugio Bustamante era el gobernador de Morelos, y Manuel Gándara Mendieta el presidente municipal de Cuernavaca que enseguida sería procurador general de justicia. Casi cuatro décadas después conocí a don Manuel, a fines de los setenta cuando nació el Diario de Morelos. La imagen de los abogados de aquel entonces reflejaba una suerte de solemnidad y la del señor Gándara no era la excepción, con la peculiaridad de que su corte de cabello largo y blanco a los jóvenes reporteros nos inspiraba una suerte de doble respeto. Solíamos entrevistarlo a su salida del Palacio de Gobierno, en cuyo segundo piso estaba la sede del Tribunal Superior de Justicia y don Manuel era uno de los magistrados. Su hija y su nieta, ambas de nombre Marisela, así como su nieto Uriel Carmona consolidarían una estirpe de abogados ampliamente conocida en Morelos.

Al igual que su abuelo que fue procurador de justicia, en la actualidad Uriel desempeña el cargo similar de titular de la fiscalía estatal. Ello con la diferencia de la autonomía constitucional del fiscal frente al Ejecutivo del estado, a lo que justamente recién se refirió la Asociación de Tribunales Electorales de la República Mexicana A.C., que hizo un exhorto al Congreso de la Unión para que respete el derecho de la autonomía de todas las fiscalías del país y por ende la autonomía del fiscal Carmona…

A todo esto, ¿cómo se dio en Morelos el tema de la autonomía de los fiscales? La historia data de 1998, aplicado el método de la terna para la designación del procurador por causa de la descomposición de la Procuraduría General de Justicia. Cayó de la gubernatura Jorge Carrillo Olea y fueron cesados el procurador Carlos Peredo Merlo y el director de la Policía Judicial, Jesús Miyazawa Álvarez, luego de que el jefe “antisecuestros” de la corporación, Armando Martínez Salgado, fuera detenido por policías federales en la carretera Cuernavaca-Iguala cuando llevaba a tirar en suelo guerrerense el cadáver de un delincuente. Asumido en circunstancias inéditas de complejidad política el cargo de gobernador sustituto por Jorge Morales Barud, fue que nació el dicho método de la terna y que el desaparecido José Castillo Pombo fue el primer procurador de justicia elegido por el Congreso Estatal.

Sin embargo, en tales condiciones los aspirantes se olvidaron de que en el fondo el gobernador era el que mandaba, durante semanas “cabildearon” con los diputados y éstos “les dieron el avión” jurándoles que el juego era derecho. Atrás habían quedado los procuradores nombrados directamente por el titular del Ejecutivo como Francisco Javier Arenas, Teodoro Lavín González, Juan Salazar Fitz, David Jiménez González, Armando Sánchez Rosales, Alejandro Galván Sánchez, Felipe Güemes, Gustavo Malo Camacho, Jorge Arturo García Rubí o Tomás Flores Allende. Y luego llegaron procuradores por el camino de las ternas: Arturo Estrada Carrillo, José Luis Urióstegui Salgado, Guillermo Tenorio Ávila, Hugo Bello Ocampo, Pedro Luis Benítez Vélez o la única mujer, Claudia Aponte Maysse. Pero aquellos fueron tiempos de circunstancias distintas e historias diferentes que seguramente ignoran varios de los actuales diputados. Y otra época la designación de Uriel Carmona como fiscal, en febrero de 2018 con un plazo de duración en el cargo de nueve años que se cumplirán en 2025. ¿Qué tipo de intereses mueve al grupo de politiqueros fuereños que llevan casi tres años “bombardeando” al fiscal Carmona? Si no los motivan la procuración de justicia, la honestidad y la transparencia, ¿entonces qué?.. (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 


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