En los pasillos de la política oteaban la inminente aparición de un periódico nuevo. La “pista” éramos los reporteros y fotógrafos que desde días atrás recorríamos calles y oficinas de dependencias oficiales. El número cero nos salió regular, de consumo interno para amarrar los tiempos de envíos del material al taller del Diario de México, el cierre de edición y pulir detalles. Nos preguntaban: ¿De qué periódico son? Hacía dos semanas que estábamos trabajando en la quinta de la venida Morelos Sur, abajito de la calle Tabasco donde actualmente hay una gasolinería, habilitadas el área de redacción, el privado de la dirección, el laboratorio de fotografía y los departamentos de dibujo, circulación y publicidad en la sala y las recámaras de la casa veraniega con estacionamiento para unos seis vehículos, alberca y al fondo árboles frutales. Las reuniones de trabajo se repetían en la oficina de nuestro director general, don Federico Bracamontes Gálvez, que lo era también del Diario de México y el Diario de Nezahualcóyotl, en Chimalpopoca 38 de la colonia Obrera. Ascendíamos al segundo piso observando fotografías, como una del licenciado Bracamontes en el muro de China en una gira del presidente Luis Echeverría. Íbamos y veníamos el director local Jorge Mejía Lara, el jefe de redacción Efraín Pacheco Cedillo, el subdirector Pepe Solís y el columnista. El Diario, como desde su nacimiento lo llamaron los lectores, de inmediato consignó hechos trascendentes, por citar uno solamente, en 1979 que el Sha de Irán, Mohammad Reza Pavhlevi, habitó una mansión en la privada Primavera de la avenida Palmira y preocupó al presidente José López Portillo y al gobernador Armando León Bejarano, ante la posibilidad de que sicarios del Ayatholá Ruhollah Musavi Jomeini vinieran hasta Cuernavaca para asesinarlo. Coincidente la fecha con el aniversario 110 de la creación del estado de Morelos, el número uno del Diario de Morelos salió a la luz pública el 17 de abril de 1978. Con más páginas y gráficas que los periódicos locales impresos en prensa plana hasta entonces, sorprendió el titular de la nota de ocho columnas en letras mayúsculas y grandes (“Contaminación alarmante”), firmada por el columnista al igual que la “cachucha”, la de cuatro columnas y el Atril. Don Federico no regateó la felicitación: “Nos salió bien”, dijo satisfecho. “Pero nos tienen que salir bien todos los demás. Y acuérdense siempre de nuestro lema: al servicio de la comunidad”. El gobernador era Armando León Bejarano Valadez, quien fallecería a la edad de cien, el 6 de julio de 2016, y el alcalde de Cuernavaca era Porfirio Flores Ayala, hallado muerto el 31 de diciembre de 2011 en su casa, asesinado, se dijo, por su jardinero que fue detenido y meses después absuelto. Recalé en el oficio reporteril luego de ejercer el de linotipista en el Avance de Morelos (esquina de Juárez y Las Casas, una cuadra arriba de la desaparecida Arena Isabel); tres años más tarde estaba en el De Efe, en la sala de linotipos de Litoofset Sánchez donde tecleaba la tipografía de la revista Siempre!, de José Pagés; luego en la imprenta América, de los hermanos Evaristo y Fructuoso Quinto, en la calle Salazar, y el taller del Diario Matutino de Cuernavaca, de Paco Medina, en Matamoros. En marzo de 1978 que ya redactaba el Atril para el diario El Cotidiano, me invitaron a fundar e Diario de Morelos. A don Federico lo recordaba desde los sesenta como el director del Diario de México al que leía con fruición. De color morado el “cabezal”, en sus páginas disfrutaba la ironía de Renato Leduc y devoraba los comentarios de otros periodistas. De la redacción fundadora sobrevivimos Lucio Lara Juárez y el atrilero. Lastimosamente otros compañeros se nos adelantaron en el viaje sin retorno: Jorge Ortiz Lagunas, Alejandro Campos, Óscar Ceballos Fernández, Panchito Arana, Rafael Lizardi, José Luis Rojas Meraz, Jorge Mejía Lara, Jorge Reynoso Mangino. Don Federico se nos fue en junio de 2008, pero sólo físicamente, perenne su recuerdo en la primera generación de los lectores del Diario de Morelos que del blanco y negro pasó a la impresión a color, y El Extra que junto con el hermano mayor, el Diario de México, dirigido por Federico Bracamontes Baz, así como las radioemisoras La Comadre en Cuautla y La 99 en Cuernavaca conforman hoy día la empresa de comunicación Grupo Braca bajo la presidencia de Miguel Bracamontes Baz. Cuatro décadas que se fueron como un suspiro, lánguidas, aterciopeladas, no así los sustos de los sismos de 1985 y 2017 ni la pandemia que no acaba de pasar… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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