SU PADRE, Agustín Figueroa Ayala, los veteranos de la comarca aún lo recordarán respetuosos como un hombre sin dobleces. 

A Hortencia Figueroa Peralta no; más bien podría tenérsele como oportunista de la política. 

Agustín, “El Bimbo”, habrá de ser entendido como luchador social desde la trinchera obrera; “Hortediva”, como otrora fue motejada, sería beneficiaria de la época dorada del perredismo en Morelos. 

Al padre se le sabe a buen resguardo en su terruño; la hija hoy está sujeta a proceso judicial, acusada de peculado por 23 millones 760 mil pesos bajo la causa penal JC/323/2019. 

En algo habrá de servirle al menos a Hortencia Figueroa la preparación académica de licenciada en Derecho (UAEM) y maestría en Ciencias Políticas y Sociales (CIDHEM) para enfrentar su penosa situación jurídica.  

Hoy no son tiempos de gloria, como cuando al cobijo del grupo del entonces gobernador Graco Ramírez se presumía aliada de la tropa, pero se guiaba por los intereses del poder. 

Útil a la causa perredista en material jurídica, no tardó mucho en perder la vertical, luego de que obtuvo la diputación plurinominal (2009-2012) y todavía recompensada por sus tareas con la candidatura para la alcaldía de Jojutla. 

Las mieles de la ola progresista todavía alcanzaron para regresar al Congreso local, con una Hortencia que empoderada quizá no advirtió que cualquier mal paso podría bajarla del olimpo en que se sintió. 

 

MANIOBRAS TURBIAS QUE HOY LE PESAN 

Ni con mucho fue discreta la obsequiosa conducta de la presidencia del Congreso que Hortencia Figueroa dispensó para los objetivos del Ejecutivo. De ello no sería ajeno Rodrigo Gayosso, hijo del mandatario. 

Tal vez al cobijo de esa relación simbiótica fluyeron los desatinos que al paso del tiempo merecieron desde observaciones de la hoy Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF), hasta la imputación de peculado de la Fiscalía Anticorrupción. 

Si en algún momento se pensó que la pretendida curul federal le blindaría la piel para evadir cualquier acción de la justicia, la realidad hoy no le sonríe con acudir al Paseo de la Reforma, sede del Senado, sino en la antesala de la cárcel de Atlacholoaya, ante un juzgador. 

El discurso de la diputada de defensa de los sectores más vulnerables quedó pisoteado al imputársele el desvío de los 23.7 millones de pesos que eran de las cuotas obrero-patronales del Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno de Morelos.  

Hortencia Figueroa habría “distraído” más de 9 millones de pesos a beneficio propio y otros miembros de la LIII Legislatura, y expedido cheques a su nombre por la suma de 2 millones 70 mil pesos, de acuerdo con los reportes de la Fiscalía Anticorrupción de Morelos. 

En tanto la pandemia por COVID-19 permite un desahogo más ágil de las audiencias judiciales, Figueroa Peralta ya no tiene el cobijo del hoy damnificado PRD, sino que incluso renunció al mismo, quizá en busca de salvamento por algunas siglas que no pudieran ser otras que Morena o algún partido satélite. 

 

CARGAN HASTA CON LOS COCHES 

Hoy imposibilitada de dejar el país y obligada a firmar cada mes en la Unidad de Medidas Cautelares (Umeca), la alguna vez disfrazada de “Mujer Maravilla” está lejos del brillante proyecto que fue, con el desprestigio del juicio por peculado y más… 

La desaparición de información documental de la LIII Legislatura, el señalamiento de auditoría sobre el ejercicio de unos mil 200 millones de pesos, la irregular venta de unos 23 automotores del Congreso y la expedición de cheques sin justificar son apenas otras historias de terror de Hortencia por recordar próximamente… 

Por : El Santo Oficio / santo.oficio@diariodemorelos.com

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