CUERNAVACA, MORELOS.- La muerte es el término de la vida, pero en el poblado Ocotopec se convierte en celebración.
Ayer, a las 12:00 horas, la familia de Ulises Carmona Romero salió a la puerta de su casa para recibir su alma, luego de que el año pasado falleciera inesperadamente.
De acuerdo con la tradición ocotepequense, las personas que mueren accidental o trágicamente tienen fecha especial para ser recibidos.
Ulises murió atropellado; tenía 20 años y estudió en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
Durante este, su primer año de fallecido, su familia lo recibió con gran ofrenda, en la cual colocaron prendas de vestir y calzado nuevo, así como los platillos y bebidas que tanto le gustaban.
Desde la entrada de la casa colocaron un camino con pétalos para guiarlo hasta su ofrenda y durante el día amigos y familiares rezaron el rosario por su alma.
Rodolfo Romero Peña, habitante de Ocotepec y tío del joven fallecido, explicó que previo al Día de Muertos ofrendan a los accidentados.
Ponen ofrenda de “cuerpo presente”, bajo la venia del santo patrono San Lucas.
Durante el día y hasta la medianoche llevan a cabo la velada, durante la cual reciben cientos de visitantes, los cuales llevan una veladora o flor de cempasúchil, a cambio reciben una taza con café y pan de pueblo.
Las ofrendas por Día de Muertos en Ocotepec son consideradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Los del año. El 17 de octubre ofrendan a los fallecidos de manera trágica; el 31, a los niños; y el 1 de noviembre, al resto de los muertos.

"Es como una fiesta para nuestros muertos.” Rodolfo Romero Peña, familiar del fallecido.

Por: MARCELA GARCÍA
marcela.garcia@diariodemorelos.com

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