Cuernavaca.- Diego Eduardo Santana Aguilar, niño de doce años de edad, imparte justicia a su corta edad, pero dentro de las canchas de futbol, pues es tal vez uno de los silbantes más jóvenes morelenses de la actualidad.

Con mirada pícara y una gran sonrisa de todavía un niño, Diego nos cuenta que desde muy pequeño ya tenía claro a que se dedicaría.

“Me gusta ser árbitro porque estoy siguiendo los pasos de mi papá. Desde los nueve años ya estaba convencido de serlo”, aseguró.

El morelense ya conoce los riesgos de su profesión, sin embargo, siempre ha estado dispuesto a afrontar cualquier reto.

“Sé que la gente se mete mucho con los árbitros pero acepto este reto; recuerdo cuando empecé me daban muchos nervios y un poco de pena, pues la gente decía: mira, un niño árbitro nos va a pitar, y eso me ponía muy nervioso y pues no quería cometer errores”, recordó.

El pequeño, quien estudia en la Secundaria 18 de Ciudad Chapultepec, compartió que siempre que asiste a un partido de futbol, le pone toda la atención posible a los silbantes.

“Cuando voy a ver un partido con mi papá siempre veo como se desempeña el árbitro en turno y el partido pasa a segundo término, pues quiero aprender”, dijo

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