El magnate dueño de X y Tesla, Elon Musk, denunció en noviembre las intenciones de OpenAI, creadores de ChatGPT, de convertirse en una empresa con fines de lucro. Sin embargo, un juez federal en San Francisco ha rechazado esta solicitud, calificándola de “extraordinaria” y señalando que no aportó pruebas suficientes para justificarla.
Desde hace un año, Sam Altman, CEO de OpenAI, trabaja en una forma de transferir el control de la empresa de organización sin fines de lucro a una con fines de lucro, ya que, mientras no lo sean, no tienen permitido obtener dinero de inversores. Por ello, han adoptado un modelo titulado “capped-profit” (beneficio limitado) con el que se permite generar ingresos y atraer inversores. Sin embargo, este es un modelo que desagrada al CEO de X.
Elon Musk tuvo un papel importante en la fundación de OpenAI, siendo cofundador en 2015, con la misión de desarrollar inteligencia artificial para el beneficio de la humanidad. En 2019, tras un deterioro en la relación con los demás fundadores, el magnate sudafricano abandonó la empresa. En 2023, Musk fundó xAI, que compite en el desarrollo de inteligencia artificial con su chatbot Grok 3, con el que busca competir contra ChatGPT, el gigante en popularidad dentro de las IAs conversacionales.
En febrero de 2025, el CEO de Tesla ofertó 97 mil millones de dólares para comprar OpenAI, una cifra que se queda corta ante la estimación del valor de la empresa. Sam Altman respondió a través de su cuenta personal de X con el mensaje: “No, gracias, pero podemos comprar Twitter por 9,74 mil millones de dólares, si quieres”. Una respuesta de tono burlesco que refleja las problemáticas entre ambos.
Por ahora, parece que los planes de Altman, considerando las ganancias como parte crucial para el desarrollo y evolución de OpenAI, seguirán encaminados.