Una mayoría -aunque relativa- está consciente que nuestro país adoptó el llamado sistema socialista del siglo XXI, ese mismo que ha llevado a la ruina a varios países, convirtiéndolos en fábricas de pobreza. Hay otra mayoría también relativa, es la que tiene familiares, amigos o intereses en este gobierno, y suma a quienes no están conscientes, que más allá de polémicas inútiles, como pretextar y defender lo indefendible, no quieren darse cuenta, que el país va por la vía corta al desastre. Y hay una tercera mayoría que sería la absoluta, sin embargo, es la que no vota, es esa misma que llevó a Obrador al poder.   

En sus más de 15 años, de campaña Obrador alimentó venganza, pregonó que tenía la solución a todos los problemas de México, que desde el primer día de su gobierno desaparecería la corrupción y la delincuencia, que metería el ejército a los cuarteles, que la economía estaría en boga, que crecería al cuatro por ciento, que se crearían millones de empleos, y las que usted amigo lector le sume. Y ante el nulo crecimiento que llegó a menos cero, se decide ya no medirlo, ahora se medirá algo subjetivo, la felicidad, pero no da encuestas.

A pesar de que siguen saliendo corruptelas de altos funcionarios, el presidente los sigue defendiendo, porque como dice a sus esbirros en las mañaneras, “ustedes ya saben que tengo otros datos”, “ya todo está aclarado”, y “ya chole”. Hoy el país está en clara decadencia, en lo político, en lo económico, en salud, en seguridad y dividido por un presidente mentiroso, de nivel arrabalero, carente de ética política y nada de moral administrativa, y que aun así, esa mayoría relativa pero enajenada, sigue creyendo en él.   

Por tanto y tanto más, se hace necesaria una fuerza electoral suficiente que pueda ganar las próximas elecciones con el partido del gobierno, solo así se podrá balancear el poder absoluto que ahora se ostenta con diputados maiceados y sumisos, ansiosos de brincar a otro puesto. Hay evidencias que anticipan elecciones fraudulentas, aun así hay que votar porque entre más votos opuestos a este régimen totalitarista, más difícil será alterar resultados. Totalitarista, entre otras cosas, porque despide con trompetas destempladas a quienes no están de acuerdo con sus políticas tercermundistas, la lista es larga, los recientes son el director del Instituto Mexicano del Petróleo por “dar a conocer que la refinería de Dos Bocas no era viable”; al titular de la Auditoria Superior de la Federación por dar a conocer que “la cancelación del aeropuerto de Texcoco salió más cara que haberlo construido”, solo conserva a los sumisos y les aplaude en la mañaneras. Si el presidente no usa cubre bocas, Gatell dice que no es necesario.

Muchos intelectuales incondicionales, que tenían la esperanza de un cambio para bien, han terminado desilusionados y no solo van abandonando esa simpatía, son ahora sus vigorosos críticos. 

El voto pulverizado no logrará ganar la mayoría suficiente en la Cámara de Diputados Federal, tendrá que ser una fuerza unida encabezada por los partidos más tradicionales y sus aliados menores, una fuerza, que pueda equipararse con la maquinaria partidista del gobierno. De los trescientos diputados federales uninominales, 199 van en coaliciones con los tres partidos con mayor fuerza opositora; el resto -101- van en candidatura uninominal con su partido, y Morelos es uno de esos donde no hay acuerdos de unidad para candidaturas federales opositoras. Más los doscientos plurinominales donde cada partido presenta sus candidatos. –En el tema local, para las diputaciones y presidencias municipales, el PAN va en alianza con el PSD como en Cuernavaca, donde para alcalde lleva clara ventaja el abogado Uriostegui-.

Tenemos ya un sistema en el que desde el presidente, su familia, y sus ministros viven en opulencia capitalista, con un gobierno que acusa de corrupción cuando dentro, tiene a los corruptos de ese pasado al que acusa. Pero la masa seguidora de Obrador, pide venganza, que no es lo mismo que justicia.

Ese socialismo latinoamericano, es una utopía en papel, donde los ciudadanos son sometidos, el que puede emigra aun sin saber que le espera fuera de su patria. 

Con las próximas elecciones surge la esperanza, la oportunidad de parar el absolutismo que ostenta este gobierno que tira dictadura, de no ser así, no habrá marcha atrás, para cuando se de la votación de revocación de mandato ya será demasiado tarde, para entonces, con una nueva mayoría en el Congreso, Obrador tendrá controladas a todas las instituciones como al INE, e irá más allá, incluso a gobernar por decreto sin la aprobación del Congreso, que es lo mismo un autogolpe de estado. 

En su momento y a pregunta expresa, hace tres años, opinamos no votar por Obrador sino por el candidato opositor más fuerte, sin mirar partidos, no se hizo así y ahí están los resultados.

A quien no le guste la política, que no sentencie a sus hijos y nietos con su omisión, porque el daño tardará décadas ¡¡¡VOTE!!!

https://www.youtube.com/watch?v=Yv6kuLQPpHs&feature=youtu.be 

P. D. Hasta el otro sábado

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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