Aunque no oficialmente, y tampoco se acepta, fue Trump quien solicitó directamente al presidente López Obrador la captura y extradición de los dos hijos del Chapo, que la DEA ubicó en Culiacán, detención que le sumaría preferencias y votos para su reelección el próximo año. Tres semanas antes, el propio director de la DEA y funcionarios de la embajada tuvieron una reunión con las más altas autoridades federales y estatales en la capital de Sinaloa. Después de los hechos, el presidente dijo que desconocía el operativo, siendo que todas las mañanas se reúne con su gabinete de seguridad, y que le informaron -sobre la marcha- solo para decidir la liberación de Ovidio.
En “la mañanera” del día siguiente al caos, un reportero le preguntó a López Obrador, que si Trump le había pedido esa captura; y después de una pausa más larga que de costumbre, contestó; “yo a usted lo respeto”, saliéndose por peteneras de la embestida que lo hizo vacilar más de lo ya normal.
Algunos, vemos cosas, que para otros pasan desapercibidas, que aunque se les explique, o no las creen, o no las quieren aceptar, pero lo obvio resulta ser cierto, y eso es posible relacionando las cosas y los hechos, veamos:
Se sabe, que el Chapo y otros capos han financiado campañas presidenciales, se sabe, y bien; que para su protección, han derramado miles de millones durante esos mandatos. Así lo han declarado entre otros, el jefe de la DEA en el Paso Texas, Phil Jordan en una entrevista a Univisión, y dijo que “por esa razón, se sorprendió cuando arrestaron al Chapo en Mazatlán, que esas aportaciones para que no lo tocaran, están documentadas en el Departamento de Inteligencia de los EEUU. Que igual pagó para que lo dejaran escapar dos veces de cárceles de alta seguridad. Que existe la posibilidad de que el Chapo, haya decidido entregarse mediante algún tipo de negociación con el Gobierno Federal”, ya que no hubo ningún intento de liberarlo como a su hijo, y lo mismo, fue a solicitud de los EEUU cuando también había sido ubicado por la DEA, lo mismo que a Beltrán Leyva en Cuernavaca, y siempre solo a solicitud del vecino país.
Un testigo venezolano y otro colombiano allegados al Chapo aseguraron en el famoso juicio, que narcotraficantes dieron dinero a diferentes gobiernos de México, también para atacar a bandos contrarios como la guerra sangrienta contra el propio Chapo.
Lo anterior, que es más que sabido, aporta credibilidad a las distintas versiones de que el Chapo, el narcotraficante más poderoso del mundo, también apoyara desde la cárcel a la pasada campaña presidencial, para, dar protección a sus allegados y el cartel de Sinaloa continuara sus actividades.
En ese escenario, no sería nada conveniente, ni para el gobierno, ni para el cartel, que los hijos del Chapo fueran extraditados, y que en su juicio pudieran salir a relucir estos asuntos.
Si a lo anterior agregamos la reiterada negativa para perseguir a la delincuencia como “abrazos y no balazos”, “amor y paz”, “no atacar”, “no contestar”, “los narcos también son seres humanos”, “los delincuentes también son pueblo”, y que “le conmovió la sentencia del Chapo”, da mayor certeza.
Cuál otra sería la razón, para que el presidente se haya negado rotundamente a mandar al ejército a los pueblos que se lo han solicitado, pidiéndole su auxilio para que haya paz en sus localidades ante la violenta presencia de los carteles de la droga y la delincuencia organizada que asolan esas regiones.
Una fuente allegada a mandos militares, me confirma lo ya sabido; de que el Secretario de la Defensa, en efecto está “encabronadisimo” con el presidente porque no estuvo enterado, ni tomado en cuenta en el operativo de Culiacán.
Todo lo anterior, da vista, a que esa captura, llena de declaraciones contradictorias, haya sido un simulacro usando a la Guardia Nacional, con previo aviso a la gente del Chapo, porque, no son creíbles tantos errores en un operativo tan importante, y que en solo minutos con acciones notoriamente bien coordinadas, la ciudad fuera sitiada y tomada por las armas, sin la presencia del ejército, toda una estrategia terrorista.
Para no quedar mal con Trump, porque la amenaza de subir los aranceles sigue viva -misma amenaza que uso para convertir a México en un muro contra la migración- se articularía esa simulada aprehensión. López Obrador se justificó por teléfono con Trump de que fue un “operativo fallido”, que ante las amenazas de ejecuciones masivas, se decidió dejar ir a Ovidio. De Iván Archibaldo, no se mencionó su captura y liberación aunque si se filtró.
Con ese “operativo fallido” quiso evitar la ira de Trump, y al mismo tiempo la extradición. Por tanto, no sería entonces una maniobra fallida, sino más bien, una exitosa estrategia que ocultaron al propio ejército.
Tratando de restar la noticia, ese mismo día de los eventos de Culiacán, se dio amplia cobertura al inicio las obras del Aeropuerto de Santa Lucía, con una excedida ceremonia donde el presidente activó una escandalosa alarma, quizá una premonición involuntaria para el futuro del aeropuerto; y cinco días después en un operativo en Tepito se decomisaron drogas, armas y se captura a 31 sospechosos, dos días después fueron liberados 23, casualmente por el mismo juez que dictó prisión preventiva a Rosario Robles.
-Amigos, los espero en la presentación del libro “Escritores bajo el Volcán” donde me entrevista el escritor y editor Ricardo Vanegas. Sala Ponce del Borda este martes 29 de octubre, 6 pm.
P. D. Hasta el otro sábado
Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx
