Justo cuando el semáforo se pone en rojo en el crucero de Las Palmas, risas y asombro sustituyen por un momento el ruido del tráfico. “¡Bienvenidos al semáforo!”, exclama con energía el payasito Yisuss antes de comenzar su acto: tres machetes giran en el aire mientras equilibra su cuerpo sobre una llanta de tráiler colocada encima de un bote.
A unos metros, su esposa, la artista Lizi Leepu, también ejecuta su rutina con machetes, pero prefiere hacerlo con los pies firmes sobre el suelo.
La pareja, unida por el arte y el amor, es un rostro cotidiano del entretenimiento callejero en Cuernavaca. Yisuss, con más de 15 años en el arte del payaso y casi una década en los malabares, dice: “Mientras lo hagas con amor, así uno se lastime, no importa. Es algo que a la gente le gusta y a mí me gusta exponerlo. Es difícil, pero con disciplina se puede lograr”.
Yisuss, hijo del conocido payaso Chilo, y Lizi trabajan todos los días al caer la tarde. A pesar de la destreza y el riesgo —como el de un corte o la falta de seguro médico—, sus ingresos diarios, que rondan los $300 pesos en un buen día, son modestos.
“Nos toca salir más temprano para poder juntar más dinero, pero así es esto. A veces la gente piensa que nos llevamos la millonada, pero no es cierto. Y además es inseguro; si me llega a caer un machete en el cuello o la cabeza, los gastos médicos son por mi cuenta”, explicó.
Ambos se conocieron hace seis años en el mundo del espectáculo, forjando una relación basada en la sincronía, la confianza y el cariño. Yisuss, optimista, pide empatía para los artistas y vendedores que trabajan en los semáforos.
“Todos los que trabajamos en el semáforo —malabaristas, limpiadores o vendedores— le pedimos a la gente que se ponga en nuestro lugar. A veces nos quieren hacer menos, pero todos somos iguales ante los ojos de Dios. Nosotros siempre trabajamos con respeto y agradecemos el apoyo que nos brindan”.
Antes de que la luz cambie a verde, el payasito Yisuss deja un mensaje de esperanza: “Échenle ganas a la vida. Los sueños se cumplen; el que persevera alcanza. Lo único imposible es aquello que no intentas”.
