Cuernavaca.- Además de muchos otros talentos, el artista jalisciense que se hizo morelense de corazón, Víctor Manuel Contreras, también es el responsable de haber traído a Cuernavaca a la Alianza Francesa. “Siempre he sido muy francofono”, se autodefine, al hablar sobre la llegada de la Alianza.

Víctor Manuel Contras lleva como segundo apellido  Vázquez, pero todo el mundo, como coloquialmente se dice, y con él, podría aplicar porque lo mismo hizo carrera y socializó en México, que allende sus fronteras, es identificado solo con el primero.

Casi siempre como el escultor Víctor Manuel Contreras, o el maestro Contreras, quien, a estas alturas de su vida y de una residencia en Cuernavaca de más de cinco décadas, es casi, igual de icónico que su escultura La Paloma de la Paz. 

Por cierto, que La Paloma no es la única de sus obras que el escultor regaló a la ciudad de la Eterna Primavera, esa de la que, dice que se enamoró en sus primeros años, cuando sus padres lo traían de visita, y a la que adoptó como su hogar después de recorrer el mundo, pues recientemente le obsequió “¡una víbora!”, como él mismo se refiere a su “Quetzalcóatl”, que hoy adorna la avenida Río Mayo. 

Como parte de esas andanzas, Víctor Manuel recordó haber vivido en París, Francia, cinco años; cuando volvió a México, se dio cuenta de la distancia entre una sociedad y otra. 

Entonces, dijo que primero se inspiró en la ‘extension división’, como llaman los ingleses a la extensión universitaria, y después aprovechó que en México ya operaba la Alianza Francesa.

Aprovechó su amistad con Bruno Delaye, el entonces embajador galo en México, a quien Contreras definió como “greñudo, simpático, encantador y muy bien parecido”, para echar a andar el plan. 

Con la intención de que de éste mismo saliera la propuesta, Víctor Manuel contó que invitó al embajador a su taller, ubicado en la calle Rayón, de Cuernavaca, frente a la entrada lateral del Jardín Borda, y las cosas salieron como había pensado. 

Bruno Delaye ofreció una sede de la Alianza Francesa y el primer patronato estuvo presidido por el escultor Víctor Manuel Contreras, quien junto con un grupo de allegados, asumió el gran reto de mantener vigente a la institución académica-cultural por más de 20 años.

Gobierno francés

Le otorgó la Legión de Honor (condecoración en oro), como homenaje a su gran trayectoria cultural y artística, nacional e internacional.

"Yo me hice el inocente; le dije: ‘oye Bruno, yo quisiera enseñarte mis obras en el taller, y fuimos. ¡Ay!, aquí sería un Consulado honorario de Francia, y si no, una Alianza Francesa. Pues una Alianza sí me gustaría". Vícto Hugo Contreras, escultor y fundador de la AF en Cuernavaca. 

Por: ANTONIETA SÁNCHEZ 

antonieta.sanchez@diariodemorelos.com 

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