Para Morelos es el momento idóneo para sacudir la modorra e iniciar una nueva época. La crisis de salud por la que pasamos dejará muy lastimada su estructura social y productiva. Son las crisis de donde surge la necesidad de emprender acciones que nos lleven a superar los daños causados. Las inevitables contradicciones entre los grupos sociales no deben obstaculizar el resurgimiento. Por el contrario, es justo el momento para hacer nuevos pactos, nuevas alianzas entre los distintos sectores de la sociedad.

Es obvio que los más necesitados en salir adelante con urgencia por su situación precaria, son los que menos tienen. Las cifras son escalofriantes aún antes de iniciar la pandemia. Morelos tiene más de la mitad de su población en situación de pobreza. 10 % más que en el país. O sea, más de un millón. De los cuales 147 mil están en pobreza extrema, o sea, que su ingreso no le alcanza para cubrir sus necesidades alimentarias (Coneval).

El empleo debe ser la prioridad. La estrategia que se debe implementar tiene que incluir a todos los actores, además, con sentido de urgencia. Existe el riesgo que se desborde violencia social ante la evidente falta de recursos económicos de las familias. Una lenta toma de decisiones ocasionaría más complicaciones para iniciar la recuperación de la economía.

En Morelos el sector que más empleos produce es el comercio (servicios). Seguramente es el más afectado. Hablamos de los pequeños negocios. De las pequeñas empresas. El gobierno federal ha implementado un plan de créditos de hasta 25 mil pesos, para cierto tipo de negocios. Lamentablemente el flujo de los créditos ha sido limitado por los requisitos impuestos y la burocracia. Por otro lado, no solamente se requiere financiamiento. Son necesarios apoyos de distinto tipo como capacitación, asesoría, tecnología o técnicas de ventas utilizando las nuevas formas de hacerlo. Se trata de construir un nuevo modelo de organización social y empresarial.

Morelos tiene importante capital humano. Sin embargo, no ha sido debidamente enlazado con los que producen. Por un lado, las instituciones de educación superior proporcionan al sector laboral los cuadros profesionales calificados. Pero, las empresas locales no los aprovechan para desarrollar sus capacidades tecnológicas. Los profesionistas tienen que emigrar a otras entidades que ofrecen mejores condiciones de trabajo, desarrollo y salario. Vale la pena tener presente que en Europa se adoptó el principio de “especialización inteligente”.

Es la manera en que se apoya a los emprendedores para que identifiquen sus fortalezas, reconociendo su entorno regional. De esta manera es posible el diseño de políticas que atiendan las señales del mercado local utilizando técnicas como encuestas, el FODA y estableciendo alianzas público-privadas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), advierte claramente que el éxito de esta estrategia depende de las capacidades de las instituciones gubernamentales regionales para que coordinen las acciones.

En su “Estudios Territoriales de la OCDE Morelos, México” ve en Chile un interesante modelo exitoso. Al menos cinco empresas se agrupan forman un PROFO (Alianza de pequeñas y medianas empresas durante 3 a 5 años), y los costos operativos son compartidos por los sectores público y privado. Los grupos pueden recibir financiamiento hasta por 100 mil dólares al año. En Italia se propicia la creación de redes de pequeñas empresas mediante la “Compagnia delle Opere” que tiene más de 34 mil miembros. Tres días en Milán cada año reúne a 2000 organizaciones, instituciones y entidades. Generan más de 50 mil citas de negocios. Son respaldados por una red de expertos en distintas áreas. Morelos puede desarrollar su propio modelo.

Tiene una ubicación privilegiada, pues se conecta con el principal centro económico del país. Una red carretera nada despreciable y un clima maravilloso. Su principal fortaleza es tener un fuerte capital de conocimiento, con instituciones de educación superior, institutos y centros de investigación del más alto nivel. Innovación en la organización. Imaginación para la creación y una enorme voluntad política es lo que se requiere.

La mesa está puesta. Los invitados ya llegaron, sólo se necesita que las autoridades estatales tengan el talento para coordinar y lanzar el gran despegue económico de nuestro Estado. Dejar la politiquería y hacer política en serio, que permita construir una política económica emergente y de gran calado para salir bien librados y con ganancias adicionales. Morelos espera impaciente.

Se advierte que es una enorme oportunidad para las autoridades locales para manifestarse como dignas representantes de un pueblo que aguarda con esperanza un nuevo día. Es el momento de apoyar el eje de la resurrección, y promover el empleo mediante un agresivo programa, inteligente, de avanzada, incluyente.

 

ARIEL HOMERO LÓPEZ RIVERA

opinion@diariodemorelos.com

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