Los analistas económicos y financieros coinciden en que lo que viene después del covid-19 no tiene buen pronóstico; advierten que es negativo y que tardará mucho en recuperarse la economía. Los esfuerzos que realizan para salir adelante los países bien administrados, están dirigidos en buena medida al apoyo de las empresas. Son ellas las que generan el empleo y quienes aportan la riqueza de las sociedades.
Las empresas que más aportan a la economía son las pequeñas y medianas empresas (PYMES) incluyendo a las microempresas. Es este sector de la economía la que está padeciendo más la crisis provocada por la pandemia.
Para darnos una idea de la importancia que tiene la microempresa, en Morelos, de los casi 85 mil establecimientos que existen en el Estado, el 97 % son microempresas. (INEGI). Muchas ya cerraron y otras lo harán próximamente. La ola que viene es todo un reto. Quizá es el momento de relanzar un programa emergente de grandes dimensiones. En la crisis de 1997 en China el gobierno mejoró sustancialmente sus políticas económicas y de administración y permitió que en los últimos 20 años las Mipymes tuvieran un crecimiento sin precedentes.
Las pequeñas empresas en China lograron reorientar los negocios y han logrado un crecimiento extraordinario vendiendo productos para luchar contra la pandemia. O sea, las crisis les ofrecen oportunidades.
El Gobierno de Morelos ha realizado esfuerzos para apoyar a la Pymes durante la pandemia. Logró colocar créditos que significaron más de 184 millones de pesos, dirigidos a varios sectores pero principalmente al de servicios. Se destinaron10 millones para algo más de 100 microempresas en el programa de apoyo por Covid-19. Seguramente significaron un auténtico salvavidas. Nafinsa, a través del Fondo Morelos, aporta 146 millones de pesos. Los créditos van desde los 200 mil pesos a 5 millones. Apoyaron a 240 empresas con créditos blandos.
Es una gran oportunidad para construir una auténtica Política Pública para no solo apoyar a las Pymes financieramente. Se tiene que considerar que se deben dar tres condiciones para propiciar y consolidar un crecimiento económico sostenido, que son : el mercado, la rentabilidad y la certidumbre.
La capacitación a los empleados es un punto clave para el desarrollo de las Pymes. En la encuesta del Inegi ENAPROCE reciente, muestra que las Pymes sólo en el 45 % dan capacitación a sus trabajadores. Mientras que las microempresas nada más 14% capacitan, ya que en general consideran que el conocimiento y las habilidades de sus empleados son las adecuadas.
Las Pymes manifiestan interés por crecer. Dato que hay que tener en cuenta. Como también hay que tener presente que los empresarios, de acuerdo a la encuesta, manifiestan desconfianza en el crédito bancario. Lo consideran caro o bien que no lo necesitan.
La experiencia de los orientales muestra que son las cadenas de valor las que dan el mayor valor agregado a los productos. De las Pymes encuestadas, sólo el 4.6 % participan en una cadena de valor.
Las Pymes generan dos terceras partes de todos los empleos formales en naciones de África, Asia y América Latina, y alrededor del 80% en los países de bajos ingresos. Así la importancia en nuestros países.
Si queremos superar la ola post covid-19, tendremos que reorientar las prioridades estatales y nacionales y aprovechar las ventanas de oportunidad que se pueden abrir.
Vencer el miedo al crédito para crecer; destinar mayores recursos públicos para fortalecer al pequeño empresario; fomentar las cadenas de valor; incorporar a la banca comercial en esquemas más amigables; hacer alianzas estratégicas con los centros de educación superior; coordinar los esfuerzos federales, estatales y municipales es de la mayor importancia al margen de posiciones políticas mezquinas.

Por Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

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