“Trump firma un paquete de 8300 millones de dólares para combatir el coronavirus”.
 Así, el encabezado de El País en su versión para América Latina en Internet del sábado.
 Muestra la preocupación que existe en estos momentos por la epidemia y posible próxima pandemia.
 El gobierno federal en México está ofreciendo día a día información de los casos descubiertos y algunas de las medidas que se están tomando.

El tema da escalofrío.
 En China al día ayer se contabilizaban más de 80 mil afectados.
 Los esfuerzos que China, Italia, y otros países, están realizando para detener la propagación del Covid-19 son extraordinarios y están afectando seriamente su economía… y la del planeta.
 Se auguran tiempos difíciles para todos los países: También para México… y también para Morelos.

Las autoridades locales han expresado con cierto optimismo que Morelos está listo para enfrentar el reto.
 Que existen protocolos en las escuelas y que los hospitales están preparados.
 (¡En la medida de sus posibilidades!).

Morelos parece estar enfrentando la amenaza sólo como un problema de salud pública.
 No lo es.
 Es multisectorial.
 La enfermedad además de contagiosa, afecta la economía; el turismo; las importaciones; las exportaciones; transportes; presupuestos públicos; empresas chicas y grandes y un largo etcétera.
 Afecta todo el modo de vida de la sociedad.
 Italia y China son un adelanto de lo que se tiene que realizar: Suspender toda actividad que propicie la propagación, entre muchas otras acciones en la que destacaría la investigación para encontrar la medicina y la vacuna.
 Hasta el Vaticano ha suspendido sus servicios y el Papa rezó el Ángelus desde el interior de la basílica de San Pedro.

La evolución de las estadísticas de los últimos años del sector salud de Morelos, no inspiran mucha confianza.
 En el 2012, para una población de 1 711 441 habitantes en Morelos, se destinaron $ 1 222 346 millones, que se incrementaron a más de $ 2 808 438 millones en el 2015.
 Sin embargo para el 2018 el presupuesto para salud descendió a $ 1 667 932 millones, para una población de casi dos millones de habitantes (Datos de los anuarios estadísticos de la SSM).
 La pregunta es: ¿Tendremos disponibles los recursos financieros para tomar las medidas necesarias?
Hasta el momento no se sabe si se está reorientando el gasto para prevenir la inminente llegada del coronavirus y sus complicaciones.
 En las páginas de las autoridades de Morelos no aparece siquiera el paquete económico para este año.
 Caminamos en la obscuridad los ciudadanos en este tema.

En el año 2012 Servicios de Salud de Morelos (SSM) registraba 396 camas.
 Para el 2015 las camas se incrementaron a 465 y disminuyeron a 440 en el 2018.
 El personal hospitalario ha sufrido serias reducciones a partir del 2016.
 La austeridad de la 4T, ha propiciado mayor escasez en todos los rubros de la Salud: Menos médicos, menos enfermeras, menos camas, desabasto de medicamentos.
 ¿Cómo defendernos?
La urgencia de una estrategia para disminuir los daños tiene que pasar por todos los niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.
 La terrible experiencia sufrida en el terremoto del 2017 por el manejo de los recursos destinados por la federación a Morelos es, por decir lo menos, lamentable, pero se debe aprovechar la experiencia para no cometer los mismos errores de falta de control que derivan en desviación de recursos.
 Tan solo en el Instituto Estatal de Infraestructura Educativa del Estado de Morelos, la Auditoría Superior de la Federación detectó que de los 1150 millones destinados a reparar los daños en las escuelas, para 854 millones no presentaron informes los servidores públicos responsables de su manejo.

Seguramente llegarán recursos adicionales por parte de la Federación.
 Tendrán que ser administrados con absoluta honestidad y transparencia.
 Morelos no merece que vuelvan a desviarse como lo ocurrido en otras administraciones.
 ¡No es justo! Se trata de la salud de la población.

Vale la pena recuperar del artículo de Jaime Sepúlveda en el Reforma: “El Covid-19 se presenta con síntomas no muy específicos: fiebre y tos seca en 80% de los casos; dificultad para respirar con infiltrados pulmonares en 15%; y necesidad de cuidados intensivos en 5%.
 Se estima que una persona infectada contagia a su vez a otras 2 o 3 personas.
 El periodo de incubación es de 2 a 12 días.
 Lo distintivo de personas con Covid-19 es que pueden transmitir la enfermedad aun sin presentar síntomas.
 Llama la atención que no han ocurrido muertes en menores de 9 años de edad.
 Por otro lado, los casos en personas de 70 a 79 años tienen una letalidad del 8%, y los mayores de 80 de 15%.
 El riesgo de muerte es mayor en personas que ya padecen enfermedades crónicas, como hipertensión, obesidad, diabetes y cardiopatías.

¿Estamos preparados para atender a todos los casos complicados?

Por: Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp