El presidente Obrador presume su popularidad y se refiere con frecuencia a la encuesta de Morning Consult que evalúa a 22 mandatarios alrededor del mundo. En el levantamiento de junio de esta encuesta, el mandatario mexicano aparece en el segundo lugar con 65% de aprobación, solo por detrás del mandatario de India, Narendra Modi, que tiene una espectacular aprobación de 73%. En contraste, el presidente Joe Biden tiene 38% de aprobación y Justin Trudeau 42%, es decir, a los otros dos mandatarios de América del Norte la mayoría de sus gobernados los desaprueba.    

Hay varias mediciones nacionales de aprobación presidencial, pero dadas las amplias divergencias entre ellas, reportamos la medición de Oraculus, que es un agregador de encuestas. Oraculus estima una aprobación de 63%. De acuerdo a esta misma fuente, a 42 meses de tomar el cargo, el presidente Obrador tiene mayor aprobación que la que tuvieron Ernesto Zedillo, Felipe Calderón, Vicente Fox y Enrique Peña, en ese mismo plazo. El que más se le acerca es Ernesto Zedillo con 59%, y el más lejano es Enrique Peña con 29%. Por cierto, más adelante Zedillo siguió creciendo hasta llegar a 67%, mientras que Peña nieto llego a caer hasta 17%. 

El nivel de aprobación de Obrador es sobresaliente considerando las difíciles circunstancias en las que le ha tocado gobernar: pandemia de COVID-19, crisis económica, inflación e inseguridad. De hecho, en cuanto a evaluación de gobierno no le va bien, de acuerdo con la encuesta de El Financiero de mayo pasado, la ciudadanía reprueba su gestión en economía, seguridad y corrupción. Estos son los datos que comúnmente usa la oposición para criticar al presidente e incluso calificar como un desastre su administración. 

El presidente Obrador no solo goza de buena aprobación, de acuerdo a otra encuesta de El Financiero del mes junio, la coalición Morena-PVEM-PT tiene una intención de voto de 48%, mientras que PAN-PRI-PRD tienen una intención de voto de 38%. El presidente logra trasladar su aprobación a la intención de voto para Morena, cosa que se ha comprobado en las elecciones estatales durante su administración. Una parte de la explicación tanto de la aprobación presidencial como de la intención de voto está asociada a los programas sociales y a una línea discursiva a favor de los más necesitados. De hecho, cuando el presidente critica a sus adversarios, se refiere a su “falta de amor a los pobres”. 

Todo indica que esa estrategia política es efectiva, al punto que el presidente ha logrado monopolizar la bandera del “pueblo”, que dicho sea de paso, a la oposición parece no interesarle. Los resultados de otra encuesta de El Financiero de junio, muestran que entre la clase baja, la coalición de Morena tiene una ventaja sobre PAN-PRI-PRD, de 11 puntos porcentuales en Ciudad de México, 14 puntos en Coahuila y 20 en el Estado de México. Cuando pasamos a la clase media, PAN-PRI-PRD aventajan con 17 puntos en Ciudad de México, 13 puntos en Coahuila y 4 puntos en Estado de México. Morena ha logrado consolidar el apoyo de la clase baja entre otras cosas, gracias a los programas sociales que llegan a siete de cada diez familias. Pero esto no lo entiende la oposición, para ellos es suficiente con votar en contra de las iniciativas del presidente para ganar el apoyo popular. Se equivocan, sin programa político no van a ir a ningún lado, y por más que el presidente se enfrente a situaciones complicadas o cometa errores, no hay nadie en la oposición que lo capitalice. 

Por: Cristian Campos Contreras / ccamposcontreras@yahoo.com.mx


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