En extensa charla y entrevista nos recibe Óscar Dorado, doctor en sistemática (taxonomía) y evolución de plantas, quien se define a sí mismo como un académico ambientalista o un ambientalista académico, estudioso de la biodiversidad nativa de la Sierra de Montenegro y del Chichinautzin, titular del programa “Gente de Ambiente” en la radio UAEM (106.1 Mhz. FM, los jueves de 13 a 14 hs.). Critica de entrada a los ecologistas que son selectivos en sus proyectos, porque sus acciones tienen pocos efectos reales. Refiere su lucha: recurrió a un amparo de la SCJN frente a la tala en la sierra de Huautla, que se realizaba entre Los Sauces y hasta Huichila, municipio de Tepalcingo, la cual se ganó (y con ello implica que hay que recurrir a los procesos legales para ser efectivo en la lucha por el ambiente).
La importancia de los árboles en Cuernavaca queda bien clara si leemos con atención esta cita del propio OD: “El paradisiaco clima de Cuernavaca se debe a tres factores principales: En primer lugar, una buena parte de la ciudad se encuentra en lo que se conoce como ecotonia, es decir, una zona de transición donde se juntan dos tipos de vegetación: el bosque  templado del norte (BT, de pinos y encinos principalmente) y la selva (tropical) baja caducifolia (SBC). Este contrastante encuentro de biotas también se puede visualizar con el continuo y gradual descenso de la altitud de norte a sur de la ciudad. En segundo lugar las bellas, caprichosas y serpentinas barrancas que representan hendiduras,  labradas parsimoniosamente por el llanto de alegría nostálgica del Chichinautzin, originando la erosión del suelo río abajo. Esto se debe a que en la región noroeste de la entidad, donde se localiza Zempoala, existe la mayor elevación sobre el nivel del mar y, por lo tanto, un gran declive hacia Cuernavaca, incrementando la velocidad y fuerza del agua de lluvia, convirtiéndose en un gran elemento erosivo dentro de los cauces de los ríos para moldear las profundas barrancas. (Dorado et al., 2012).
Hay en Cuernavaca un conjunto de árboles abundante, del cual cien especies son plantas exóticas (foráneas) y cien especies son nativas, las recientes investigaciones arrojan el descubrimiento de ochenta nuevas especies, de las cuales el 80% son casi todas exóticas y sólo el restante 15% son especies nativas. Se recomienda plantar las especies nativas, que crecen rápido, algunas tienen flores atractivas y algunas son medicinales como la Pánicua (véase la lista al final de este artículo).
Aparte de las campañas de sembrar árboles que repiten los municipios cada que toman posesión y luego cada año, hay que cuidar lo plantado durante al menos 5, 10 ó 15 años, para que crezca y se desarrolle en plenitud. Así que, tales “reforestaciones” no han de ser flor de un día.
A los problemas ambientales el doctor Óscar Dorado siempre ha dado una respuesta optimista, lo que corresponde con su personalidad generosa. Sin embargo, ha escrito que  la introducción de organismos exóticos no nativos  en nuestras áreas naturales puede causar problemas medioambientales mayores. Algunos árboles que hay en Cuernavaca provienen de lugares como la India,  Madagascar o Australia y se consideran erróneamente como árboles nativos. Habiendo establecido el concepto de educación ambiental alternativa, que tiene como principio fundamental que las herramientas utilizadas requieren de entrada generar la atracción de los ciudadanos, potenciales ambientalistas.

Del cronista
Eduardo Bello Ocampo
bellocampo@yahoo.com

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