La biblioteca ha estado cerrada desde el 2012 por la UAEM debido a sus problemas económicos, por lo que no se ha podido destinar el presupuesto para terminar las obras de La Desventurada, ya que se ha preferido pagar las nóminas del personal universitario.

El 28 de febrero de 2018 en visita guiada por Mario Caballero Luna (entonces al frente del Patronato Universitario y ahora en la Secretaría de Turismo y cultura), declaró que el edificio de la biblioteca es una joya que tiene un valor histórico cultural.

Que el desastre sufrido en las instalaciones de la biblioteca fue una falla en los drenajes cuando arreglaron la calle de Comonfort; habiendo tapado los desagües hubo necesidad de sacar de emergencia todo el acervo de libros, documentos y periódicos.  Ya reparados esos daños, la empresa contratada para hacer las reparaciones, cincela los nuevos murales recién descubiertos y que probablemente datan de 1911 a 1930. El edificio de referencia cuenta con muros (el del este, el norte y el sur) del siglo XVI.

Pero fuimos testigos varios ciudadanos de Cuernavaca, y yo entre ellos, de la pérdida en 1984 de su acervo antiguo, habiendo ido a parar en remate muchos libros, primero a la calle de Carlos Quaglia y luego quién sabe cómo muchos ejemplares llegaron a las librerías de la calle de Donceles en la ciudad de México (este último dato me fue referido por Valentín López González en entrevista personal).  
En mi segunda parte de esta narración, publicada el domingo pasado, ya consignaba yo la sorpresa de los usuarios cuando un buen día había estanterías nuevas de metal y cómo una empleada de apellido Bahena, al preguntarle qué pasó dijo simplemente que a partir de ese momento solo habría libros editados a partir de 1984.

Mario Caballero declaró además en esa entrevista de fines de febrero de 2018 que en 2014 se consiguió  financiamiento por parte del patronato universitario, aportado por la Cámara de Diputados federal, un total de 26 millones de pesos, que llegó hasta el 2016; en 2017 hacían falta por ejercer  dos millones novecientos mil pesos (esto supone que se han invertido ya hasta el 2017 veintitrés millones cien mil pesos); que también se conservan como parte del patrimonio de este inmueble las esculturas de un lancero y un alabardero, hechas en Leipzig en al siglo XIX, ambas ya fueron restauradas. Dijo además el funcionario que el muro sur de la biblioteca tiene un mural cortado que se encuentra en ese estado por la construcción de un mezzanine que originalmente no existía en el Salón Renovación, que el proyecto que propone o proponía una biblioteca y mediateca, incluye hasta el mobiliario ad hoc.

Los baños están casi terminados, los vidrios de las ventanas están listos. Se ha propuesto poner color a los murales últimamente descubiertos, donde están por ejemplo Hidalgo, Morelos y Zapata, a través de su restauración. La crisis financiera de la UAEM tomó el capital de la restauración de la biblioteca para pagar sueldos. Lo obra de restauración se detuvo en julio (¿?) de 2017.
Se ha propuesto abrir una cafetería en los laterales que conducen al Centro de idiomas, que no sea concesionada, sino que genere fondos a la obra de la biblioteca. Esta cafetería será el lazo de unión de la biblioteca con el Centro de idiomas y se entiende que tendrá acceso por ambos lados.

Se ha descubierto otro mural detrás del dedicado al algodón y al amate, obra de Norberto Martínez, se cambió todo el sistema eléctrico e hidráulico en la totalidad del edificio biblioteca. Se tiró una ventana hecha para el Consejo Universitario (esto es, para la sala de reuniones del mismo), la obra de reconstrucción se hizo a través de licitación pública y se adjudicó la obra a una constructora. La obra incluyó la realización de calas en el piso, que tomaron mucho tiempo y fueron hechas por exigencia del INAH para descartar si había construcciones prehispánicas, resultando ser lo más caro de la obra de infraestructura.

Se encontró el mural de Martínez Moreno, que se refiere al amate y al algodón, con manchas de chapopote, por lo que se limpió y restauró. La empresa encargada de la obra permitió a sus trabajadores picar con cincel los muros restantes, es decir, las obras murales recién descubiertas que comprenden a algunos héroes patrios como Morelos, Hidalgo y Zapata.  Un especialista contratado empleó un año en tapar los pequeños orificios originados por el cincel en los murales recién descubiertos y se requerirá otro año para finalizar la restauración.

El proyecto de la biblioteca requerirá de un millón de pesos más, (aparte de los 26 millones ya conseguidos) así como una gran cantidad de dinero no especificada para la construcción a un costado de la nave principal, de una cafetería, con cuyas ganancias podrían cubrirse los gastos futuros, aunque es un proyecto autofinanciable en su operación según Mario Caballero, quien afirmó que el personal del Patronato universitario estaba cobrando medio sueldo por la crisis financiera de la UAEM febrero de 2018 y los empleados de la biblioteca no recibieron sueldo alguno, ya que no se les pagó.

Se ha propuesto en este espacio instalar la biblioteca donada por y de Gutierre Tibón (antropólogo y polígrafo de origen suizo-italiano), que está completa y en manos de la UAEM.
Aunque en 2019 y 2020 se han realizado en su interior algunas exposiciones de arte contemporáneo, a mi juicio es vergonzoso mirar el estado ruinoso del local, el mural de Martínez Moreno tapado con un plástico e infringiendo todas las normas para recintos culturales, no se ha contado con servicios sanitarios ni agua corriente. La esquina céntrica de Rayón y Comonfort es durante el día y la noche un depósito de basura de todos los restaurantes, cafeterías y negocios en general, que le son vecinos. Desolación, desamparo, panorama horrible en las afueras del edificio y no se ve para cuándo la reabran con los acervos de Gutierre Tibón donados a la UAEM.

No conozco ni tengo noticia de ninguna otra universidad estatal que trate tan mal a los libros, a sus principales recintos con valores históricos patrimoniales, ojalá esto no continúe ya.
La Biblioteca Miguel Salinas ha permanecido cerrada por muchos años, debido a los problemas económicos de la UAEM.
 

Situación actual

Como parte del patrimonio de este inmueble se encuentran las esculturas de un lancero y un alabardero, hechas en Leipzig en al siglo XIX.

Eduardo Bello Ocampo /  bellocampo@yahoo.com

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